MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
El especialista del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), el doctor Carlos Mateo, ha advertido de que las personas con alta miopía (a partir de 6 a 8 dioptrías) presentan un mayor riesgo de padecer un desprendimiento de retina, debido que su globo ocular "más grande y alargado de lo normal" hace que existan "tracciones" sobre la retina que la hacen más vulnerable a sufrir roturas.
Según el oftalmólogo, otro de los factores de riesgo a tener en cuenta es la cirugía de catarata, ya que uno de sus complicaciones puede derivar en el desprendimiento de retina, incluso años después de haberse realizado la intervención con éxito. El especialista ha insistido que si bien la incidencia de esta complicación en pacientes operados de cataratas es inferior al 1 por ciento, y solo aumenta en casos complejos, al ser una cirugía común que alcanza las 400.000 intervenciones al año en España "no debe banalizarse".
Por otro lado, el doctor Mateo ha resaltado también la importancia de prevenir traumatismos oculares, sobre todo en ámbitos como los deportes de pelota o de contacto, ya que pueden ser otro de los factores desencadenantes del desprendimiento de retina, porque "poca gente está concienciada del uso de gafas protectoras".
De la misma manera, contar con antecedentes familiares o haber padecido ya un desprendimiento de retina en el otro ojo deben ser motivos para "extremar" las medidas preventivas y ser "estricto" con las revisiones oculares de control.
El desprendimiento de retina no causa dolor y en muchos casos no va acompañado de una pérdida de visión inicial, por lo que se puede retrasar la visita al oftalmólogo. Sin embargo "no deben pasarse por alto señales como la aparición o el aumento repentino de manchas flotantes o flashes en el campo visual, así como de una sombra que aumenta progresivamente de tamaño, ya que podrían ser síntomas de un desprendimiento de retina", ha recordado el experto.
En este sentido, serían "clave" el diagnóstico temprano y una primera cirugía con la técnica adecuada (en base al tiempo de evolución de la patología, el área de retina afectada o el estado previo del ojo), para que la retina pueda "reaplicarse" o recuperar su posición y función normales con éxito. De hecho, según explica el doctor Mateo, con una "buena indicación y ejecución quirúrgica" se podría obtener una tasa de eficacia del 98 por ciento "contribuyendo a preservar la visión de los pacientes y minimizando las probabilidades de que la retina vuelva a desprenderse".
POSIBILIDAD DE UNA CIRUGÍA COMBINADA
En cuanto a las opciones que existen para tratar el desprendimiento de retina, el oftalmólogo de IMO ha destacado dos técnicas: la vitrectomía, y la cirugía escleral. Esta última puede combinarse con la primera o realizarse de forma aislada.
Con la vitrectomía se extrae el gel vítreo que rellena el globo ocular y se sustituye por gas o aceite de silicona, dependiendo del tipo de desprendimiento, con el fin de mantener la retina en su sitio. Por su parte, la cirugía escleral no requiere entrar en el interior del ojo. Con este método se colocan una o varias piezas que rodean el globo ocular para disminuir las tracciones del vítreo a la retina y conseguir así su reparación.