MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Charité - Universittsmedizin Berlin, el Instituto de Salud de Berlín y el Centro Alemán de Investigación del Reumatismo de Berlín (Alemania) han demostrado cómo el microbioma ayuda a hacer que el sistema inmunológico sea capaz de responder a los patógenos. En ausencia de ellos, no se liberan los mediadores relevantes, lo que resulta en una falla en la activación de los procesos metabólicos en ciertas células inmunes. Según este trabajo, publicado en la revista 'Cell', esto deja a las células sin el combustible necesario para montar una respuesta inmunológica.
Los tejidos epiteliales del cuerpo, que residen en las interfaces ambientales, representan puertas de entrada potenciales para los patógenos. Estos tejidos también son colonizados naturalmente por una compleja comunidad de bacterias, virus, hongos y parásitos, y esto se conoce como el microbioma. Es probable que, en el curso de la evolución, las interacciones permanentes con estos microorganismos hayan dado lugar al desarrollo de robustas vías de señalización que ayudan a proteger el cuerpo.
La presencia de una infección desencadena la respuesta inmunológica del cuerpo. Un papel clave en este proceso lo desempeñan las células dendríticas convencionales (CCD), que forman parte del sistema inmunológico innato del cuerpo y llevan una gama de receptores de reconocimiento de patrones, que les permiten detectar rápidamente los patógenos invasores.
La respuesta inicial de las células implica la liberación de citoquinas, proteínas de señalización que atraen a las células inmunes al lugar de la infección. Al mismo tiempo, estas células también utilizan la fagocitosis para engullir y digerir los patógenos invasores, tras lo cual presentan partículas individuales como antígenos en su superficie celular. Esto, a su vez, conduce a la activación de las células T (que forman parte del sistema inmunológico adaptativo) y da lugar a una respuesta inmunológica dirigida. Por el contrario, cuando la activación de las células T es desencadenada por las CDD que presentan antígenos endógenos, esto conduce a una respuesta inmunológica defectuosa e indeseable y da lugar a enfermedades autoinmunes.
El equipo de investigadores descubrió que las CDC son incapaces de desencadenar respuestas inmunitarias en condiciones de esterilidad (es decir, en ratones libres de gérmenes). Los investigadores llegaron a la conclusión de que las CDC deben recibir información mientras la célula se encuentra en su "estado basal" (que se caracteriza por la ausencia de infección) y que esta información debe proceder del microbioma. Estas señales derivadas de los microbiomas preparan las CDM para una futura respuesta contra los patógenos.
"En este estudio, pudimos demostrar que, en su estado basal, estas células inmunes especializadas están sujetas a la señalización ininterrumpida controlada por el microbio de los interferones de tipo I (IFN-I)", detallan. Los interferones son citoquinas, es decir, moléculas especiales de señalización que se sabe que juegan un papel en la actividad antiviral.