Los trabajadores y voluntarios que colaboraron en los ataques terroristas del 11 de septiembre en el World Trade Center (WTC) tienen mayor riesgo de cáncer de cabeza y cuello, lo que apunta a nuevos riesgos emergentes que requieren un monitoreo y tratamiento continuos, según un estudio de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos).
Dado que los cánceres son enfermedades "de larga latencia", los hallazgos de un exceso significativo de cáncer en este período "apuntan a una nueva tendencia emergente que requiere un monitoreo y tratamiento continuos de las personas expuestas en el WTC, en particular la policía y el ejército", asegura la autora principal y profesora e investigadora de Rutgers, Judith Graber.
Concretamente, el estudio, que es el primero en informar sobre los cánceres de cabeza y cuello en los primeros colaboradores del WTC, encontró un aumento del 40 por ciento en el diagnóstico de estas enfermedades entre 2009 y 2012. Los resultados aparecen publicados en el 'International Journal of Cancer'.
Los resultados fueron parte de una investigación de dos años financiada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Así, examinaron si los primeros colaboradores tenían un mayor riesgo de cáncer de garganta y lengua relacionado con el virus del papiloma humano (VPH) debido a su exposición durante los esfuerzos de recuperación de menores de en la zona.
Los riesgos más frecuentes se presentaron en los cánceres de orofaringe, que a menudo se asocian con la infección por VPH, y el cáncer de laringe, pero no los cánceres orales y nasales. El estudio también ha revelado que los tumores de cabeza y cuello estaban más asociados con quienes tenían más de 55 años, eran blancos no hispanos o que trabajaban en ocupaciones del servicio militar o de protección, realizaron rescate y recuperación y mantuvieron el perímetro después de los ataques.
LA ALERTA DE LOS MÉDICOS DESENCADENÓ LA INVESTIGACIÓN
La investigación comenzó cuando los médicos que atendían a los trabajadores del WTC en el 'Programa de Salud del WTC de Rutgers' se preocuparon por un número generalmente alto de pacientes con cáncer de cabeza y cuello. Por ello, compararon, desde 2003 hasta 2012, la incidencia de estos cánceres en 73 personas entre los 33.809 pacientes que respondieron al ataque con el número de casos esperados según el 'Registro de Cáncer del Estado de Nueva Jersey' (Estados Unidos).
Esta ocurrencia excesiva "es plausible, ya que los primeros colaboradores inhalaron nubes de escombros que contienen muchos carcinógenos conocidos", explica Graber. "Además, estas exposiciones podrían aumentar el efecto de los factores de riesgo personales conocidos, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la infección oral por VPH", puntualiza.