MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Más de 300 científicos y clínicos del gobierno federal de Estados Unidos, la industria y el mundo académico han publicado un informe con sus conclusiones y recomendaciones sobre los estudios de serología de COVID-19.
El grupo se reunió en un taller 'on line' en mayo para discutir el papel de las pruebas de serología en la comprensión y respuesta a la crisis de salud pública de COVID-19 y para explorar estrategias para abordar las oportunidades de conocimiento científico clave y las lagunas en el campo emergente.
Las pruebas de serología para COVID-19 están diseñadas para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19. Si bien esas pruebas no diagnostican la infección activa, pueden indicar una infección previa con el SARS-CoV-2 que puede haberse pasado por alto debido a que una persona no experimentó síntomas significativos o no tuvo acceso a las pruebas mientras estaba infectada.
En su trabajo, publicado en la revista 'Immunity', los asistentes recomendaron que es necesario realizar investigaciones adicionales para determinar si y hasta qué punto una prueba de anticuerpos positiva significa que una persona puede estar protegida contra la reinfección con el SARS-CoV-2. Los expertos destacaron que hasta que se disponga de esos datos, las pruebas de serología no deberían utilizarse como instrumento independiente para tomar decisiones sobre la seguridad personal en relación con la exposición al SARS-CoV-2.
Actualmente, los investigadores están realizando estudios en seres humanos y en modelos animales para comprender mejor la inmunidad al SARS-CoV-2. Los asistentes señalaron que esa comprensión podría ayudar a identificar los donantes óptimos de plasma para convalecientes que podrían utilizarse para ayudar a tratar a las personas con COVID-19 grave.
Los investigadores examinaron los progresos realizados en sus esfuerzos por validar independientemente las pruebas serológicas del SARS-CoV-2 en nombre de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Los asistentes también propusieron estrategias para ampliar la precisión y la capacidad de estas pruebas para distinguir entre los anticuerpos adquiridos de forma natural y los inducidos por vacunas, lo que será fundamental para evaluar los candidatos a la vacuna COVID-19.