CÓRDOBA 9 May. (EUROPA PRESS) -
Mantener niveles normalizados de vitamina D (por encima de 30 ng/ml) mejora el control del asma y hace disminuir el número de infecciones respiratorias, de modo que ello puede constituir una estrategia terapéutica para que los pacientes asmáticos tengan menos agudizaciones de causa infecciosa.
Según ha informado en una nota el Hospital Quirónsalud Córdoba, así lo ha destacado el jefe del servicio de Neumología de dicho centro hospitalario, el doctor Luis Manuel Entrenas, quien ha pronunciado una conferencia en el Colegio de Médicos de Jaén, con motivo del Día Mundial del Asma, explicando que la vitamina D no es realmente una vitamina, porque el cuerpo la sintetiza, sino una hormona.
Esto supone, según ha aclarado el especialista del Quirónsalud Córdoba, que la hormona activa (calcitriol) se forma a partir de una pro-hormona (calcifediol) que a su vez se origina desde un nutriente, que es la vitamina D3.
"Lo realmente importante es que para que la hormona ejerza funciones tan importantes como disminuir el número de infecciones virales y mejorar el control de la enfermedad, precisa activar un receptor que se encuentra en las células. Pero, en contra de la creencia popular, los receptores no sólo se encuentran localizados en el hueso, sino en multitud de células del organismo, incluyendo múltiples células en el pulmón y en el sistema inmune", según ha precisado el doctor Entrenas.
En este sentido, ha recordado en su ponencia, que se ha emitido por 'streaming' en los colegios de médicos de Andalucía, y desde el Hospital Quirónsalud Córdoba para los colegiados cordobeses, que los niveles en sangre de vitamina D son bajos de manera generalizada en la población, incluso en Córdoba, pese a que vivimos en un país con muchas horas de sol.
Se ha demostrado que los pacientes con niveles de vitamina D bajos se asocian con un aumento de la frecuencia de las infecciones respiratorias, factor conocido como agudización del asma. Cuando los niveles se normalizan, "la frecuencia de las infecciones desciende y, con ello, disminuye el número de exacerbaciones del asma, por lo que la normalización de los niveles puede ser una estrategia terapéutica para mejorar el control de los pacientes".
El especialista del Quirónsalud Córdoba ha recordado que el asma es una enfermedad inflamatoria crónica y "sabemos que en circunstancias como en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o en Covid-19, cuando se da el nutriente (vitamina D3), puede que exista una dificultad para que el organismo lo pase a pro-hormona y por eso sea poco eficaz".
En consecuencia, los estudios apuntan que cuando se administra calcifediol a los asmáticos en cantidad suficiente como para normalizar los niveles en sangre, se consigue mejorar el control de la enfermedad y descender el número de agudizaciones de causa infecciosa.
El asma, que afecta al 5% de la población adulta en España, más de tres millones de personas, desencadena obstrucción bronquial y se manifiesta por dificultad al respirar, sensación de falta de aire, opresión en el pecho, ruidos torácicos (pitos) y tos.
Puede ocurrir de forma aislada y limitada a las vías aéreas, pero con mucha frecuencia se asocia a manifestaciones en otros órganos del aparato respiratorio, como la nariz (rinitis, rinosinusitis) o de otros sistemas, como la piel (dermatitis), especialmente en pacientes que asocian procesos alérgicos o inflamatorios.
Aunque en muchos casos puede controlarse con un tratamiento adecuado, los factores ambientales siguen siendo un gran desencadenante de crisis, especialmente durante la primavera, según ha afirmado el doctor Entrenas.
El asma, según ha aclarado, "no es una enfermedad menor y que puede tener consecuencias graves si no se controla correctamente. Se estima que en España fallecen cerca de un millar de personas al año por crisis asmáticas, muchas de las cuales podrían evitarse con una correcta educación sanitaria y seguimiento del tratamiento".
Por eso, "es fundamental que los pacientes entiendan que el tratamiento no solo es para cuando se sienten mal, sino también como medida de prevención", ha asegurado. Además, con la primavera aún lejos de terminar y el cambio climático prolongando las estaciones polínicas, los expertos temen que esta tendencia empeore en los próximos años.