MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Sydney que examina el maltrato infantil en Australia ha revelado la impactante carga que supone para los australianos, estimando que causa hasta el 40 por ciento de las enfermedades mentales comunes que duran toda la vida. El análisis, publicado en 'JAMA Psychiatry,' es el primer estudio que proporciona estimaciones de la proporción de problemas de salud mental en Australia que surgen del maltrato infantil.
Los investigadores examinaron datos que incluían encuestas nacionales proporcionadas por el Estudio Australiano sobre Maltrato Infantil en 2023 (8500 participantes), el Estudio Nacional Australiano de Salud Mental y Bienestar 2020-2022 (15,893 participantes) y el estudio Australiano sobre la Carga de Enfermedades de 2023. El estudio utilizó métodos analíticos para investigar el vínculo entre el maltrato infantil y la salud mental, que aislaron otros factores influyentes como la genética o el entorno social. Esto proporciona pruebas más sólidas de que el maltrato infantil causa algunas afecciones de salud mental
Las condiciones de salud mental examinadas fueron ansiedad, depresión, consumo nocivo de alcohol y drogas, autolesiones e intentos de suicidio. El maltrato infantil se clasifica como abuso físico, sexual y emocional, y negligencia emocional o física antes de los 18 años. Se encontró que el maltrato infantil representa el 41 por ciento de los intentos de suicidio en Australia, el 35 por ciento de los casos de autolesión y el 21 por ciento de la depresión.
Los investigadores advierten que los resultados son una llamada de atención para que el abuso y la negligencia infantil se traten como una prioridad nacional de salud pública. "Los resultados son devastadores y son un llamado urgente a invertir en prevención, no solo brindando apoyo individual a los niños y las familias, sino políticas más amplias para reducir el estrés que experimentan las familias", aporta Lucinda Grummitt, del Centro Matilda de la Universidad de Sydney , quien dirigió el estudio. "Las inversiones para abordar el maltrato infantil tienen el potencial de evitar millones de casos de trastornos mentales en Australia", insiste la experta.
El análisis también encontró que si se erradicara el maltrato infantil en Australia, se podrían prevenir más de 1,8 millones de casos de depresión, ansiedad y trastornos por uso de sustancias. El estudio también encontró que la eliminación del maltrato infantil en Australia habría evitado, en 2023, 66.143 años de vida perdidos (muerte) y 118.493 años vividos con discapacidad, con un total de 184.636 años de vida saludable perdidos debido a afecciones de salud mental.
Las condiciones de salud mental son actualmente la principal causa de carga de morbilidad a nivel mundial y afectan al 13 por ciento de la población mundial. En Australia, el suicidio es la principal causa de muerte entre los jóvenes.
Investigaciones anteriores (independientes del estudio de la Universidad de Sydney) encontraron que más de la mitad (53,8 por ciento) de los australianos sufrieron maltrato durante su infancia. De esta forma, Grummitt reflexiona que existen intervenciones efectivas, como programas para apoyar a los niños que sufren maltrato o programas de educación para padres, pero la solución más sostenible para prevenir el maltrato infantil es la prevención impulsada por políticas.
"Las políticas para aliviar el estrés que experimentan las familias, como la licencia parental remunerada, el cuidado infantil asequible, el apoyo a los ingresos como Jobseeker y garantizar que los padres tengan acceso a tratamiento y apoyo para su propia salud mental, podrían marcar una gran diferencia para los niños australianos.
"Abordar las condiciones sociales y económicas que dan lugar al maltrato infantil puede desempeñar un papel importante en la prevención de los trastornos mentales a nivel nacional", afirma Grummitt. Los investigadores citan un ejemplo en Estados Unidos, donde la introducción de políticas estatales de licencia parental remunerada y el acceso oportuno a guarderías subsidiadas estuvieron fuertemente vinculados con tasas reducidas de maltrato infantil.
