Un mal descanso puede llevar a comer alimentos menos saludable

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Publicado: jueves, 18 mayo 2023 15:01

   MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -

   La desregulación que produce la falta de sueño puede provocar que las personas tengan más hambre y puedan comer alimentos menos saludables, debido al funcionamiento de dos hormonas, la grelina y la leptina, según ha informado la coordinadora del Grupo de Trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES), María José Martínez.

   "Cuando dormimos poco se ve reducida la cantidad de leptina, que es la hormona de la saciedad, mientras que por el contrario se eleva la presencia de grelina, que es la hormona del hambre, por lo que aumenta la probabilidad de que realicemos picoteos de alimentos menos saludables", ha asegurado Martínez.

   Con motivo de la celebración el próximo sábado 20 de mayo del Día Europeo de la Obesidad, la Sociedad Española de Sueño ha señalado que la evidencia científica demuestra que las personas que duermen mal (es decir, que tienen problemas para conciliar el sueño o que se despiertan y levantan de forma repetida durante la noche) tienen una mayor tendencia a ingerir, durante todo el día e incluso durante los despertares nocturnos, alimentos, generalmente ricos en azúcares y grasas como el chocolate, galletas, snacks o helados.

   "Si dormimos poco y mal, aumenta el hambre, aumenta la probabilidad de comer, aumenta nuestra somnolencia diurna, y esto puede llevarnos a una disminución de la actividad física, disminuyendo a su vez el gasto metabólico, de forma que es la combinación perfecta para engordar y aumentar el riesgo de obesidad", ha afirmado Martínez.

   En este sentido, la especialista destaca que los picoteos de productos insanos, sobre todo cuando se producen de noche, incrementan también el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

   "Nuestro cuerpo no está igual de preparado para recibir glucosa en cualquier momento del día, sino que, si ingerimos glucosa por la noche, ésta se mantiene más tiempo elevada en sangre que si la ingerimos por la mañana, lo cual podría llevar al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2", explica Martínez Madrid, que añade que, además, cuando dormimos poco, se produce una activación del sistema nervioso simpático, "lo que provoca una subida del cortisol y de la hormona del crecimiento por la noche, lo que aumenta a su vez los niveles de glucosa".

    La obesidad es una enfermedad crónica que afecta ya, según la Encuesta Nacional de Salud, a uno de cada cinco adultos españoles y a uno de cada seis niños y adolescentes.

    Las previsiones a corto y medio plazo apuntan a un repunte mayor de la incidencia de esta dolencia, convertida ya en epidemia, que discurre en paralelo a otra con la que mantiene una relación muy estrecha: la de la falta de sueño.

   Se estima que más de un 10 por ciento de la población española (más de 4 millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave; y que más de un 30 por ciento de la población (más de 12 millones de personas), se despierta cada día con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansada.

CONSEJOS DE CRONOBIOLOGÍA PARA EVITAR LA OBESIDAD

   La experta asegura que el descanso y el horario en el que las personas realizan sus actividades está estrechamente relacionado con los horarios de comidas y con cómo sus cuerpos responden a estas ingestas.

   "La función de nuestro reloj biológico es la de sincronizarnos y anticiparnos a lo que nos va a venir en cada momento, por lo que, si siempre comemos a la misma hora, nuestro aparato digestivo estará preparado para recibir esos alimentos en un determinado momento y funcionará de una forma más eficiente", sostiene Martínez.

   La portavoz de la SES también recomienda adelantar en lo posible el horario de la cena "para evitar el solapamiento con la secreción de melatonina endógena o con la administración de melatonina exógena si es que la tomamos".

   Otro consejo es el de reducir el consumo de carbohidratos de liberación rápida como dulces, pasta, pan, arroz o patatas durante la noche, y reducir el picoteo entre horas para aumentar el contraste entre los periodos de ingesta y de ayuno.