Logran convertir las células grasas blancas en grasa beige que quema calorías

Archivo - Women shows excess fat of the back
Archivo - Women shows excess fat of the back - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / PIMONPIM - Archivo
Publicado: martes, 2 julio 2024 7:23

MADRID 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

La supresión de una proteína convierte la grasa común en un quemador de calorías y puede explicar por qué los ensayos farmacológicos que intentan tal hazaña no han tenido éxito, según un nuevo estudio de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos). Hasta ahora, los investigadores creían que la creación de grasa beige podría requerir partir de células madre.

El nuevo estudio publicado en el 'Journal of Clinical Investigation', demuestra en cambio que las células grasas blancas ordinarias se pueden convertir en grasa beige simplemente limitando la producción de una proteína. El descubrimiento podría abrir la puerta al desarrollo de una nueva clase de medicamentos para perder peso y puede explicar por qué los ensayos clínicos de terapias relacionadas no han tenido éxito.

"Mucha gente pensó que esto no era factible", aclara Brian Feldman profesor de Endocrinología Pediátrica y autor principal del estudio. "En este trabajo hemos demostrado no solo que este enfoque funciona para convertir estas células grasas blancas en beige, sino también que el listón para hacerlo no es tan alto como pensábamos".

Muchos mamíferos tienen tres "tonos" de células grasas: blanco, marrón y beige. La grasa blanca sirve como reserva de energía para el cuerpo, mientras que las células de grasa marrón queman energía para liberar calor, lo que ayuda a mantener la temperatura corporal. Las células de grasa beige combinan estas características. Queman energía y, a diferencia de las células de grasa marrón, que crecen en grupos, las células de grasa beige están incrustadas en los depósitos de grasa blanca.

Los humanos y muchos otros mamíferos nacen con depósitos de grasa marrón que les ayudan a mantener la temperatura corporal después del nacimiento. Pero, mientras que la grasa marrón de un bebé humano desaparece en el primer año de vida, la grasa beige persiste. Los humanos pueden convertir de forma natural las células de grasa blanca en beige en respuesta a la dieta o un entorno frío. Los científicos intentaron imitar esto persuadiendo a las células madre para que se convirtieran en células de grasa beige maduras. Pero las células madre son raras, y Feldman quería encontrar un interruptor que pudiera activar para convertir las células de grasa blanca directamente en beige.

"Para la mayoría de nosotros, las células de grasa blanca no son raras y estamos felices de desprendernos de algunas de ellas", bromea el autor. Feldman sabía por sus experimentos anteriores que una proteína llamada KLF-15 desempeña un papel en el metabolismo y la función de las células grasas.

Junto con el investigador postdoctoral Liang Li, Feldman decidió investigar cómo funcionaba la proteína en ratones, que retienen grasa marrón durante toda su vida. Descubrieron que KLF-15 era mucho menos abundante en las células grasas blancas que en las células grasas marrones o beige.

Cuando luego criaron ratones con células grasas blancas que carecían de KLF-15, los ratones las convirtieron de blancas a beige. No solo las células grasas podían cambiar de una forma a otra, sino que sin la proteína, la configuración predeterminada parecía ser beige. Los investigadores analizaron entonces cómo ejerce esta influencia el KLF-15. Cultivaron células grasas humanas y descubrieron que la proteína controla la abundancia de un receptor llamado Adrb1, que ayuda a mantener el equilibrio energético.

Los científicos sabían que estimular un receptor relacionado, el Adrb3, hacía que los ratones perdieran peso. Pero los ensayos en humanos de fármacos que actúan sobre este receptor han tenido resultados decepcionantes.

Es más probable que funcione un fármaco diferente dirigido al receptor Adrb1 en humanos, según Feldman, y podría tener ventajas significativas sobre los nuevos fármacos inyectables para perder peso que tienen como objetivo suprimir el apetito y el azúcar en sangre. El enfoque de Feldman podría evitar efectos secundarios como las náuseas porque su actividad se limitaría a los depósitos de grasa, en lugar de afectar al cerebro. Y los efectos serían duraderos, porque las células grasas tienen una vida relativamente larga. "Ciertamente no estamos en la línea de meta, pero estamos lo suficientemente cerca como para que se pueda ver claramente cómo estos descubrimientos podrían tener un gran impacto en el tratamiento de la obesidad", deja como mensaje final.