¿Qué le ocurre a tu salud si vives a más de 2.500 metros de altitud?

Archivo - Mujeres de perú. Quechua, mujeres andinas.
Archivo - Mujeres de perú. Quechua, mujeres andinas. - PIXABAY/YOLANDA - Archivo
Publicado: martes, 27 abril 2021 7:36

   MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Nuevos hallazgos que detallan la primera estimación del mundo sobre el número de personas que viven en regiones de gran altitud, proporcionarán información para futuras investigaciones sobre la fisiología humana. Los investigadores han comprobado que casi 82 millones de personas viven a más de 2.500 metros de altitud, según publican en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

   El doctor Joshua Tremblay, becario postdoctoral de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Ejercicio del campus de Okanagan de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, ha publicado estimaciones actualizadas de la población sobre el número de personas que viven a gran altitud en el mundo.

   Históricamente, el número estimado de personas que viven a estas alturas ha variado mucho. Esto se debe en parte, explica, a que la definición de "gran altitud" no tiene un límite fijo.

   Mediante técnicas novedosas, el estudio del doctor Tremblay confirma que hay unos 81,6 millones de personas que viven a 2.500 metros por encima del nivel del mar. Desde el punto de vista fisiológico, los investigadores suelen utilizar los 2.500 metros como referencia de altitud para su trabajo.

   El doctor dice que una parte importante de su estudio fue presentar los datos de la población en intervalos de 500 metros. Y aunque dice que los 81 millones son una cifra asombrosa, también es importante señalar que al pasar a 1.500 metros esa cifra salta a más de 500 millones.

   "Para entender el impacto de la vida a gran altura en la fisiología humana, la adaptación, la salud y la enfermedad, es imperativo saber cuántas personas viven a gran altura y dónde viven", señala Tremblay.

   Las investigaciones anteriores se basaban en el cálculo de porcentajes a partir de datos poblacionales incoherentes y datos específicos a nivel de país que no estaban disponibles. Para solucionar este problema, el doctor Tremblay combinó datos georreferenciados de población y elevación para crear estimaciones globales y a nivel de país de los seres humanos que viven a gran altitud.

   "La mayoría de las investigaciones sobre la altitud se basan en los habitantes de las tierras bajas de los países occidentales, educados, industrializados, ricos y democráticos que ascienden a la altitud para llevar a cabo sus investigaciones --señala Tremblay--. Sin embargo, hay poblaciones que han vivido con éxito en las alturas durante miles de años y que se enfrentan a presiones cada vez mayores".

   Vivir a gran altura presenta importantes factores de estrés para la fisiología humana, explica. Por ejemplo, la baja presión atmosférica a gran altura dificulta la entrada de oxígeno en los sistemas vasculares de una persona.

   "Cuando los habitantes de las zonas bajas viajan a grandes altitudes, nuestros cuerpos desarrollan respuestas fisiológicas ineficaces, lo que conocemos como mal de altura --explica--. Sin embargo, las personas que estudiamos han adquirido la capacidad de prosperar a altitudes extremadamente altas. Sus experiencias pueden informar sobre el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades para todos los seres humanos, al tiempo que nos ayudan a entender cómo mejorar la salud y el bienestar de las poblaciones de gran altitud".

   Dado que sólo se estudia una fracción de los habitantes de las grandes altitudes del mundo, la comprensión de la ubicación y el tamaño de las poblaciones es un paso fundamental para entender las diferencias derivadas de la vida a gran altura.

   El doctor Tremblay señala que no se trata sólo de entender cómo han sobrevivido estas poblaciones durante generaciones, sino también cómo prosperan viviendo en condiciones tan extremas. Sobre todo porque el cambio climático sigue afectando, no sólo al aire que respiran, sino a todos los aspectos de su vida cotidiana.

   "Tendemos a pensar que el cambio climático es un problema para las poblaciones costeras de baja altitud, pero el deshielo, los glaciares y los fenómenos meteorológicos extremos limitan los recursos hídricos y agrícolas --explica--. Los habitantes de las zonas altas están en primera línea del cambio climático. Necesitamos ampliar esta investigación vital para poder comprender los efectos del cambio climático y los inevitables bajos niveles de oxígeno en las poblaciones de gran altitud".