MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han encontrado evidencia que ayuda a explicar por qué los pacientes que son jóvenes y/o mujeres tienen tasas de respuesta especialmente bajas a algunos tipos de inmunoterapia contra el cáncer.
Sus hallazgos, publicados en la revista 'Nature Communications', sugieren que, dado que los sistemas inmunológicos típicamente robustos de los pacientes jóvenes y femeninos son mejores para deshacerse de las células tumorales, las células que quedan atrás no son tan fácilmente visibles para el sistema inmunológico para empezar, lo que hace que algunos tipos de inmunoterapia sean ineficaces.
"Ahora que sabemos por qué algunos pacientes no responden tan bien a la inmunoterapia, podemos comenzar a desarrollar enfoques más informados para las decisiones de tratamiento, por ejemplo, desarrollar algoritmos predictivos para determinar la probable respuesta de una persona antes de iniciar inmunoterapias que podrían tener una alta probabilidad de no funcionar o funcionar mal para ellos", explica la autora principal, Hannah Carter.
Las células cancerígenas o infectadas emiten 'banderas' moleculares que le indican al sistema inmunológico que las elimine antes de que el problema se salga de control. Los polos de estas 'banderas' (moléculas de los Complejos de Mayor Histocompatibilidad (MHC)) se muestran en la superficie de la mayoría de las células del cuerpo. Los MHC sostienen banderas de antígenos (trozos de casi todo lo que hay dentro de las células) y las muestran a los inspectores de células inmunes que están constantemente buscando células dañadas o infectadas. Dado que las células tumorales llevan muchas mutaciones, aparecen frecuentemente entre estas banderas, permitiendo al sistema inmunológico detectarlas y eliminarlas.
Pero algunas células tumorales evitan el sistema inmunológico al lanzar también una molécula de señal de alto que impide que el sistema inmunológico reconozca las 'banderas' del MHC. Y aquí es donde entran los inhibidores del punto de control inmunológico: este tipo de inmunoterapia del cáncer utiliza anticuerpos para hacer que la célula tumoral vuelva a ser visible para el sistema inmunológico del paciente.
Las diferencias de sexo y edad se han observado desde hace mucho tiempo cuando se trata de la respuesta inmunológica. Por ejemplo, las mujeres tienen el doble de respuesta de anticuerpos a las vacunas contra la gripe y son mucho más susceptibles a las enfermedades autoinmunes. Del mismo modo, el sistema inmune tiende a debilitarse a medida que envejecemos. Pero si las mujeres y las personas más jóvenes tienen respuestas inmunológicas más fuertes en la mayoría de los casos, se podría esperar que la inmunoterapia contra el cáncer funcione mejor para ellas, no peor.
Para llegar al fondo de este enigma, el equipo examinó la información genómica de casi 10.000 pacientes con cáncer disponibles en el Atlas del Genoma del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y otros 342 pacientes con otros tipos de tumores disponibles en la base de datos del Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer y en estudios publicados. No encontraron diferencias relacionadas con la edad o el sexo en la función del MHC.
Lo que sí encontraron fue que, en comparación con los pacientes mayores y los hombres con cáncer, los pacientes más jóvenes y las mujeres tienden a acumular más mutaciones genéticas que causan cáncer del tipo que los MHC no pueden presentar al sistema inmunológico tan eficientemente. Esto es probable porque los sistemas inmunológicos robustos de los jóvenes y las mujeres son mejores para deshacerse de las células que muestran auto-antígenos mutantes bien presentados, dejando atrás las células tumorales que dependen más de las mutaciones mal presentadas. Esta presión selectiva se conoce como inmuno-edición.