MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los islamistas jóvenes radicalizados no suelen mostrar patrones específicos de enfermedad mental, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por expertos del servicio de Psiquiatría de la Infancia y del Adolescente del Hospital Pitié-Salpêtrière de París (Francia) y que ha sido publicado en el 'European Psychiatry'.
En comparación con grupos anteriores como Al-Qaida, ETA o Hamas, que se han estudiado en el pasado, los grupos radicales actuales son más pequeños, menos jerárquicos y están compuestos principalmente por individuos jóvenes y de cosecha propia.
"Hemos visto que ahora no hay perfiles específicos de patología psicológica o social que sean exclusivos de la juventud radicalizada, si bien existen similitudes entre las manifestaciones psicológicas de la adolescencia que hacen que los individuos sean vulnerables al proceso de radicalización", han explicado los expertos.
Los investigadores se centraron en adolescentes y adultos jóvenes de Europa occidental que se unieron a la causa del islamismo radical desde 2010 y analizaron 22 estudios publicados y en los que se utilizaron bases de datos como, por ejemplo, 'PubMed', 'PsycINFO' y 'MIVILUDES'.
"Nuestra revisión exhaustiva de la investigación multidisciplinaria líder sugiere que la psicopatología adolescente juega un papel en el proceso de radicalización, aunque no hay un perfil único y los trastornos psicóticos son poco frecuentes en esta población", han detallado los científicos.
Asimismo, el trabajo ha detallado la dinámica de cómo los mecanismos adolescentes y las influencias radicales pueden encajar en individuos vulnerables. "La turbulencia y la incertidumbre personal que caracteriza la experiencia de un adolescente, cuando se combinan con eventos desencadenantes, pueden dejarlos más abiertos a los grupos extremistas y la ideología. El propósito, la pertenencia y la certeza moral de estos grupos pueden al principio aliviar la incomodidad de los conflictos de separación e individualización que a menudo ocurren en esta etapa de la vida", han argumentado los expertos.
En este sentido, utilizando los múltiples factores de riesgo encontrados en la investigación que revisaron, los investigadores desarrollaron un modelo integral de tres niveles para explicar el fenómeno de la radicalización entre los jóvenes europeos (individual, microambiental y macroambiental), con miras a guiar el desarrollo de programas de prevención más efectivos.
Este modelo ofrece un enfoque holístico y multidisciplinario para unir los diferentes campos en la lucha contra los fenómenos de radicalización. "Un solo campo de conocimiento proporciona inevitablemente un panorama incompleto y no puede explicar la complejidad de este fenómeno. La prevención de la radicalización debe considerar cada nivel de factores de riesgo para desarrollar las intervenciones más adaptadas y efectivas", han apostillado los expertos.
Finalmente, los científicos han comentado que a pesar de la rareza de los trastornos psicóticos que se encuentran entre los jóvenes radicalizados, las similitudes entre las manifestaciones psicopatológicas de la adolescencia y los mecanismos en juego durante el proceso de radicalización subrayan el papel específico de los profesionales de la salud mental.