MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) realizado con ratones apunta a que las mujeres en la menopausia pueden obtener los beneficios de la terapia de reemplazo hormonal sin los riesgos, pero se necesita aun investigación adicional para corroborarlo puntualizan sus autores en la revista 'Nature Metabolism'.
Las mujeres habitualmente experimentan sofocos y aumento de peso, entre otros cambios, durante y después de la menopausia. La terapia hormonal, que proporciona estrógeno adicional a las mujeres, puede ayudar a aliviar algunos de estos síntomas, pero se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y cáncer de mama.
Los científicos de UCLA ahora informan de que un gen llamado reprimo, que es expresado por ciertas neuronas en el cerebro, puede desempeñar un papel en el aumento de peso relacionado con la menopausia, un fenómeno no relacionado con el aumento de la alimentación.
"Queremos descubrir qué neuronas están mediando las porciones beneficiosas de la terapia hormonal e imitarlas sin hormonas --señala la autora principal Stephanie Correa, profesora asistente de Biología y Fisiología Integrales y miembro del Instituto de Investigación Cerebral de UCLA--. La terapia hormonal puede ser beneficiosa, pero trata todo el cerebro y el cuerpo con hormonas. Es posible que podamos evitar la hormona. Ese es nuestro objetivo, y es importante. Aún no lo hemos logrado, pero estamos aprendiendo".
Correa y su equipo de investigación muestran que el gen reprimo es importante para regular la temperatura. Se sabe que los cambios de temperatura afectan el peso corporal y pueden contribuir al aumento de peso que a menudo se observa en la menopausia.
"Es posible que reprimo esté involucrado en el aumento de peso que acompaña a la menopausia --añade el coautor Edward van Veen, científico del proyecto en el laboratorio de Correa--. Si existen neuronas equivalentes en humanos y podemos encontrar alguna forma de modificarlas, podría aliviar gran parte del aumento de peso sin los efectos secundarios de la terapia hormonal".
Una región del cerebro llamada hipotálamo es esencial para la supervivencia en muchas especies, desde ratones hasta humanos; controla la alimentación, la bebida, la reproducción y la regulación de la temperatura corporal, entre otras funciones vitales. Correa y su equipo de investigación estudiaron docenas de genes en el hipotálamo de más de 50 ratones, tanto hembras como machos, a partir de las ocho semanas de edad, poco después de alcanzar la edad reproductiva.
El equipo utilizó una técnica conocida como secuencia de ARN de una sola célula, que permite a los biólogos estudiar células individuales una a la vez, para investigar qué neuronas en un área del hipotálamo conocida como hipotálamo ventromedial podrían mediar estas diferentes funciones.
"Teníamos indicios de que había diferentes tipos de neuronas en el hipotálamo ventromedial, y esta región es muy diferente en hombres y mujeres, por lo que estudiamos cientos de células en hombres y mujeres para identificar los diferentes tipos de neuronas y determinar si hay diferencias de sexo", explica Correa.
Los biólogos estaban más interesados en las neuronas que tienen receptores de estrógenos. Estos receptores se unen a la hormona y posteriormente pueden regular la actividad de genes específicos en la neurona, un proceso conocido como expresión génica. Los hallazgos más significativos del equipo se centraron en el gen reprimo, que se expresa en un grupo, o población, de estas neuronas sensibles al estrógeno, restringidas casi por completo a las mujeres.
"Nos entusiasmó encontrar no solo poblaciones de neuronas sensibles al estrógeno, sino también diferencias en estas poblaciones entre hombres y mujeres", añade la coautora principal Laura Kammel, exestudiante de doctorado de UCLA en el laboratorio de Correa.
"La diferencia entre mujeres y hombres en reprimo en el hipotálamo ventromedial es como la noche y el día --continúa Correa--. Las hembras expresan mucho y los machos expresan poco, si es que hay algún reprimo en esta región del cerebro. De las docenas de genes que he estudiado en esta región, esta es fácilmente la diferencia de sexo más fuerte que jamás haya visto".
En una serie de experimentos, los biólogos interfirieron con la función de reprimo en el hipotálamo ventromedial en aproximadamente dos docenas de ratones. En un experimento, cerraron el reprimo en ratones hembra usando un compuesto molecular de ARN que interfiere con el funcionamiento del gen en las neuronas.
En otro, aumentaron la expresión reprimo en ratones machos al eliminar un receptor de estrógeno de las neuronas. En ambos casos, la temperatura corporal cambió sustancialmente, lo que demuestra un vínculo entre el papel de reprimo en la temperatura y los efectos del estrógeno.
"Sabemos que reprimo es importante para regular la temperatura corporal, pero no sabemos qué está haciendo realmente en las neuronas--admite Van Veen--. Y queremos averiguarlo".
Correa y su equipo también informan de que el estrógeno actúa sobre otro gen, Tac1, que aumenta significativamente en el hipotálamo ventromedial de ratones hembra, aunque la diferencia no es tan dramática como con reprimo. Se ha demostrado que Tac1 promueve la actividad física en ratones hembra.
El receptor alfa de estrógeno, uno de los tres receptores de estrógeno, se encuentra en las neuronas de la misma región del hipotálamo ventromedial que Tac1 y reprimo. Cuando los investigadores eliminaron ese receptor de estrógeno, descubrieron que conducía a la obesidad y reducía el movimiento en ratones hembra.
Los resultados, dijeron los investigadores, no solo ayudan a comprender la interacción entre los genes y el estrógeno, sino que también pueden tener implicaciones para comprender la obesidad.
Resumiendo la investigación, Van Veen apunta: "El hipotálamo ventromedial está involucrado en la regulación del movimiento y la temperatura. Sabemos que el estrógeno afecta el movimiento y la temperatura. De la investigación previa de Stephanie Correa, aprendimos la respuesta al estrógeno de las neuronas que afectan el movimiento, y ahora creemos que conoce la respuesta al estrógeno de las neuronas que afectan la temperatura. Es interesante que estén en la misma ubicación pero distintas".
"Nuestros hallazgos sugieren que reprimo está controlando algunos de los efectos del estrógeno sobre la temperatura --apostilla Correa--. Si está controlando los efectos beneficiosos, entonces tal vez podamos manipularlo, con un medicamento dirigido a reprimo o las neuronas que expresan reprimo, como una alternativa a la terapia hormonal y evitar el requerimiento de estrógeno. Estamos estudiando el cerebro de una manera matizada y tratando de aprender qué células o qué genes son importantes para alcanzar posibles terapias".