MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts para Niños (MGHfC, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, concluye que las células inmunitarias del cerebro llamadas microglía desempeñan un papel crucial en el desarrollo del cerebro durante la adolescencia, pero ese papel es diferente en hombres y mujeres.
El estudio, realizado en modelos animales y publicado en la edición digital de 'Nature Communications', puede mejorar la comprensión de la base neurológica de los cambios conductuales normales en la adolescencia, como el aumento de la experimentación y la asunción de riesgos, y de los trastornos neuropsiquiátricos que suelen aparecer durante la adolescencia.
"Descubrimos que la microglía y otras proteínas del sistema inmune eliminan los receptores de dopamina en una parte del cerebro asociada a la recompensa llamada núcleo accumbens en ratas adolescentes, y este proceso forma cambios normales en el comportamiento social que ocurren durante la adolescencia", dice Staci Bilbo, director de investigación en el Centro de Autismo Lurie en MGHfC. "Aunque este proceso específico ocurre solo en los hombres, los receptores de dopamina también cambian durante la adolescencia en las mujeres, pero aún no sabemos el mecanismo por el cual ocurre", añade.
Parte del sistema inmune innato, la defensa de primera línea del cuerpo contra la infección, se sabe que la microglía participa en el desarrollo temprano del cerebro al eliminar las sinapsis innecesarias (puntos de comunicación entre las células cerebrales) en regiones clave. Investigaciones recientes han sugerido que su papel puede ser más diverso, y una de las preguntas que el equipo de Bilbo se propuso investigar fue si la microglía contribuye al desarrollo durante la adolescencia, un momento en que los circuitos de recompensa del cerebro experimentan cambios significativos.
EL SISTEMA DE DOPAMINA MADURA EN LA ADOLESCENCIA
Los investigadores también abordaron una posible función de la microglía en los cambios de comportamiento normales durante la adolescencia y si los procesos subyacentes a esos cambios eran diferentes en hombres y mujeres. Los autores se centraron en el sistema de dopamina del cerebro, una serie de estructuras que manejan las señales involucradas con la recompensa y la motivación, que se sabe que experimentan una maduración significativa durante la adolescencia.
Siguiendo las observaciones anteriores que sugieren que los receptores de dopamina D1 en el núcleo accumbens tienen un papel crítico en el comportamiento social, examinaron --en ratas machos y hembras en distintas etapas de desarrollo-- niveles de receptores D1 y de una proteína inmune que marca moléculas para que las elimine la microglía.
Así, descubrieron que, mientras que los niveles del receptor D1 en el núcleo accumbens caen en la adolescencia temprana (alrededor de 20 a 30 días de edad) en mujeres y en la mitad de la adolescencia (30 a 38 días) en hombres, la señalización inmune basada en la microglía estuvo involucrada en esa reducción solo en hombres. Otro proceso aún no identificado puede influir en la eliminación del receptor D1 en las mujeres.
También detectaron que la reducción de los receptores D1 basada en microglía en los hombres es necesaria para los cambios conductuales normales de los adolescentes, específicamente una reducción en los comportamientos de juego social, particularmente el juego "brusco", entre la adolescencia temprana y la tardía. En las mujeres, aunque la alteración de la señalización inmune basada en la microglía también influyó en el juego social, los cambios fueron más sutiles y no se basaron en la reducción del receptor D1.
"Hasta donde sabemos, esta es la primera demostración de que la microglía desempeña un papel en el desarrollo del cerebro de los adolescentes de una manera que da forma directamente a la conducta en formas específicas del sexo", dice la autora principal, Ashley Kopec, investigadora en el laboratorio de Bilbo. "También es la primera demostración de que la microglía poda receptores específicos. Y al encontrar estas diferencias específicas del sexo en el desarrollo cerebral, apoya la necesidad de realizar investigaciones, tanto en modelos animales como en voluntarios humanos, tanto en hombres como en mujeres".