MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
El virus ébola causa una enfermedad severa, a menudo fatal cuando infecta el cuerpo humano. Inicialmente se dirige a células del sistema inmune llamadas macrófagos, glóbulos blancos que absorben y eliminan patógenos, y un nuevo estudio ha encontrado una posible forma de "silenciar" estos macrófagos infectados por el virus ébola.
Los hallazgos, que se publican en 'Journal of Virology', podrían llevar a nuevas opciones de tratamiento para la enfermedad del virus ébola, que se transmite a las personas desde la vida silvestre, potencialmente murciélagos, y se propaga en la población humana a través de la transmisión de humano a humano. Actualmente, no hay vacunas aprobadas contra el virus ébola, pero se están evaluando dos potenciales candidatos.
Estudios previos realizados por otros autores han demostrado que el virus ébola activa un programa de defensa en macrófagos a través de un proceso normalmente utilizado por bacterias, pero no por virus. El virus ébola activa los macrófagos a través del receptor Toll-like 4 (TLR4) y los macrófagos usan TLR4 para detectar infecciones bacterianas y luego activar un programa de defensa desarrollado para combatir las bacterias.
Desafortunadamente, la activación de TLR4 por el virus ébola puede llevar a los macrófagos en la dirección incorrecta y montar una respuesta inmune inadecuada. Esto conduce a la producción de moduladores inmunes que pueden ser dañinos y deteriorar la enfermedad provocada por el virus de ébola.
UNA POSIBLE OPCIÓN DE TRATAMIENTO
Utilizando el virus Reston, un primo del virus ébola, que no causa enfermedad en humanos, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, examinaron cómo los macrófagos respondieron al ébola en comparación con el virus Reston. Sorprendentemente y en contraste con el ébola, los macrófagos infectados con el virus Reston no se activaron.
Además, los científicos descubrieron que al usar fármacos que inhiben la activación de TLR4, fue posible mantener silenciosos los macrófagos expuestos al virus ébola. "Utilizamos el análisis de transcriptomas realizado por nuestros colaboradores en la Universidad de Washington, Seattle, y otros ensayos para mirar específicamente la respuesta inflamatoria en macrófagos infectados", explica el autor
Elke Mühlberger, profesor asociado de Microbiología en BUSM. "Esta falta de activación en los macrófagos humanos podría ser una de las razones por las que el virus Reston no causa enfermedad en los seres humanos. Más importante aún es que mostramos que es posible mantener los macrófagos que están expuestos al virus ébola silenciosos mediante el uso de fármacos que inhiben la activación de TLR4. Podría ser una opción de tratamiento prometedora para la enfermedad del virus de ébola", añade.