SEVILLA 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
El grupo de investigación Biofanex Researcha Group de la Universidad de Sevilla ha realizado un estudio sobre el uso de los biotrajes o chalecos de electromioestimulación de cuerpo completo (WB-EMS), un producto de máxima actualidad en el mundo del deporte. Con ello pretenden arrojar un poco de luz en este campo y contrarrestar la escasa cantidad de evidencias disponibles sobre sus efectos.
Los resultados de este estudio, recientemente publicados en el XVI Congreso de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, reflejan que los trajes WB-EMS podrían ser una herramienta válida para incrementar la intensidad del entrenamiento de resistencia a una velocidad determinada (40% de la VAM), de manera que se generan unas respuestas fisiológicas instantáneas mayores que las producidas a la misma velocidad sin aplicar corriente.
Estos trajes, cuya aplicación se basa en la electroestimulación tradicional, permiten estimular simultáneamente hasta 18 regiones corporales (brazos, muslos, glúteos, abdomen, pecho, zonas baja y alta de la espalda, dorsal ancho y 2 opciones libres) con un área total de electrodos de 2.800 centímetros cuadrados. En su estudio, los investigadores han analizado las respuestas en fase aguda de frecuencia cardiaca de reserva (FCres.), percepción de esfuerzo (RPE) y lactato (Lact), del entrenamiento de resistencia mediante WB-EMS.
Tal y como resalta la National Strength and Conditioning Association-Spain sobre el entrenamiento con electromioestimulación de cuerpo completo (Herrero et al. 2015), numerosas casas comerciales esgrimen reclamos como que gracias a este dispositivo se consigue 'activar musculatura profunda', que 'diez minutos equivalen a cuatro horas de pesas', 'adelgaza', 'quema grasas hasta 72 horas después de un entrenamiento' o que 'es el primer sistema que mejora la velocidad'.
Sin embargo, como explica el profesor de la Universidad de Sevilla Borja Sañudo, "la realidad es que las evidencias científicas que permiten contrastar estas aseveraciones son limitadas".
"Es necesario evaluar la veracidad de los beneficios atribuidos desde el área comercial y los posibles efectos nocivos que pudieran inferir sobre la salud, así como discriminar las respuestas agudas y crónicas del entrenamiento con WB-EMS sobre la población en general. Es decir, qué efectos tendría una sesión con este dispositivo y qué podríamos esperar en la composición corporal o la condición física tras varios meses de entrenamiento", ha subrayado.
En una fase inicial, un total de 15 sujetos sanos físicamente activos participaron de forma voluntaria en un estudio de diseño cruzado. Se aplicaron tres sesiones, separadas entre ellas por un mínimo de 48 horas. La primera sesión determinó la velocidad aeróbica máxima (VAM). En la segunda se realizaron diez minutos en tapiz rodante al 40 por ciento de la VAM con traje de electromioestimulación apagado y finalmente en la tercera sesión se replicó el protocolo de S2 con traje encendido.
Los datos obtenidos han llevado a los investigadores a señalar que estos dispositivos permiten incrementar la intensidad del entrenamiento, generando unas respuestas fisiológicas instantáneas mayores que las producidas con la misma velocidad sin usar estos chalecos.
"Actualmente seguimos trabajando desde nuestro laboratorio, en colaboración con Diego Bartolomé de la Rosa, exalumno de esta Universidad, alumno de doctorado de la Universidad Europea de Madrid y profesor Asociado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en la cuantificación de la carga de entrenamiento con WB-EMS por medio de Escalas Subjetivas de Esfuerzo o con escalas de Percepción del Dolor", ha destacado el profesor Sañudo.
El equipo también ha evaluado la validez de este método como estrategia de recuperación activa post-esfuerzo. Para ello, 33 individuos se distribuyeron en dos grupos, uno experimental que usó estrategias de recuperación activa con WB-EMS con un protocolo continuo y otro control que realizó el mismo protocolo pero sin corriente. Se han evaluado variables hemodinámicas y bioquímicas inmediatamente después, a los 30 minutos y a los 60 minutos de un proceso de recuperación tras un esfuerzo intenso.
"Los resultados preliminares sugieren que no existen grandes diferencias entre los grupos; es decir, que el efecto de WB-EMS sobre la recuperación no parece ser significativo", ha señalado el profesor Sañudo.