MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Poner a ratones en una dieta que contiene bajas cantidades del aminoácido esencial metionina desencadenó la formación de nuevos vasos sanguíneos en el músculo esquelético, según un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. El hallazgo añade información a la investigación previa que muestra que una dieta restringida en metionina extiende la esperanza de vida y el periodo de vida, lo que sugiere que una función vascular mejorada puede contribuir a estos beneficios.
"Los beneficios de la restricción de la metionina en los roedores son fascinantes porque se parecen a los de la restricción calórica, pero sin restricción forzosa de la ingesta de alimentos", afirma el autor principal James Mitchell, profesor asociado de Genética y Enfermedades Complejas, cuyo trabajo se publica en la edición digital de este jueves de la revista 'Cell'.
El trabajo previo de Mitchell y sus colegas ha demostrado que una dieta restringida en metionina aumenta la producción del gas sulfuro de hidrógeno. Esta molécula maloliente da a los huevos podridos su olor característico, pero también se produce en nuestras células donde funciona de innumerables maneras beneficiosas. Una de ellas es promover el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos a partir de células endoteliales, un proceso conocido como angiogénesis. Entonces, los investigadores decidieron probar si había una conexión directa entre una dieta restringida de metionina y la angiogénesis.
Alimentaron a los ratones con una dieta sintética que contenía metionina limitada y carecían del único otro aminoácido que contiene azufre, la cisteína. Estos dos aminoácidos se encuentran en grandes cantidades en alimentos ricos en proteínas como carnes, lácteos, nueces y soja. Después de dos meses, los ratones con restricción de dieta habían aumentado el número de vasos sanguíneos pequeños, o capilares, en los músculos esqueléticos en comparación con los ratones alimentados con una dieta de control.
La falta de oxígeno o hipoxia es el desencadenante mejor caracterizado de la angiogénesis. La hipoxia se produce en los tejidos cuando se bloquea un vaso, o en el ejercicio agudo cuando el suministro de oxígeno es limitado. Sin embargo, la restricción de la metionina desencadenó la angiogénesis a pesar del suministro normal de oxígeno, lo que sugiere la participación de una vía que detecta la privación de aminoácidos en lugar de la hipoxia. Los autores identificaron un requerimiento para la quinasa GCN2 sensible a los aminoácidos y el factor de transcripción ATF4 en la angiogénesis desencadenada por la restricción de la metionina.
NUEVOS OBJETIVOS PARA MODULAR LA ANGIOGÉNESIS
Estos hallazgos pueden proporcionar nuevos objetivos importantes para modular la angiogénesis en el futuro. Dependiendo del contexto clínico, esto podría incluir promover la angiogénesis, por ejemplo, en el contexto de envejecimiento o enfermedad vascular en la que se requiere mejor flujo sanguíneo a tejidos isquémicos, o inhibir la angiogénesis donde el bloqueo de la formación de nuevos vasos sanguíneos podría evitar el crecimiento tumoral.
En un documento adjunto del grupo de David Sinclair, de la Facultad de Medicina de Harvard publicado en el mismo número de 'Cell', los autores encontraron que el tratamiento con NMN --un activador de molécula pequeña de la proteína SIRT1 asociada a la longevidad-- solo o en combinación con sulfuro de hidrógeno (en forma de NaHS), aumentó la densidad vascular en el músculo esquelético de los ratones ancianos e impulsó la capacidad de realizar ejercicio de los animales envejecidos.
"Creemos que nuestros hallazgos ayudan a preparar el escenario para las terapias para un espectro de enfermedades que surgen de la muerte de los vasos sanguíneos", afirma Sinclair, profesor de Genética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y codirector del Centro Paul F. Glenn para la Biología del Envejecimiento.
Tomados en conjunto, estos estudios apuntan a nuevos enfoques dietéticos y farmacológicos para mejorar la salud vascular en roedores promoviendo la formación de vasos sanguíneos en el músculo esquelético. Se necesitarán futuros estudios para evaluar si estos enfoques pueden traducirse a los humanos.