MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
A primera vista, la enfermedad de Parkinson y el melanoma no parecen tener mucho en común. Sin embargo, durante casi 50 años, los médicos han reconocido que los pacientes con Parkinson son más propensos a desarrollar melanoma que la población general. Ahora, científicos del National Heart, Lung, and Blood Institute de Estados Unidos han encontrado un vínculo molecular entre las dos enfermedades en forma de agregados de proteínas conocidos como amiloides.
"Varios estudios han demostrado que el melanoma ocurre de dos a seis veces más frecuentemente en la población con Parkinson que en la población sana. Es más, la proteína implicada en la enfermedad de Parkinson, la a-sinucleína, está elevada en las células del melanoma", explica el líder del trabajo, Dexter Dean.
En la enfermedad de Parkinson, la a-sinucleína forma depósitos amiloides que se cree que matan a las neuronas productoras de dopamina en el cerebro, causando síntomas como temblores, movimientos lentos y demencia. Aunque la investigación se ha centrado en los efectos de la a-sinucleína en el cerebro, se sabe mucho menos sobre su presencia o actividades en otros tejidos.
Sin embargo, los científicos tienen pruebas de que la proteína formadora de amiloide se expresa más en las células del melanoma que en la piel sana. Además, los niveles más altos de a-sinucleína en los melanocitos (las células de la piel que dan lugar al melanoma) se correlacionan con una menor producción de pigmento, o melanina. La melanina protege la piel de los daños causados por los rayos ultravioleta del sol.
"La mayoría de la gente sabe que los amiloides están implicados en enfermedades, como el Parkinson y el Alzheimer, pero es menos conocido que algunos amiloides, como la Pmel, cumplen realmente una función útil. En los melanocitos sanos, el Pmel forma fibrillas amiloides que actúan como andamios para almacenar la melanina en los melanosomas (el orgánulo donde se produce, almacena y transporta el pigmento). Debido a que tanto la a-sinucleína como la Pmel se expresan en las células de melanoma, nos preguntamos si estas dos proteínas amiloides podrían interactuar, y si esta interacción podría ser relevante para la correlación entre la enfermedad de Parkinson y el melanoma", añade otra de las autoras, Jennifer Lee.
Para investigar si la a-sinucleína y la Pmel podían interactuar, los investigadores utilizaron la microscopía y el western blot para mostrar que las dos proteínas residían en los melanosomas de las células de melanoma humano. Cuando Dean añadió amiloide preformado de a-sinucleína a un tubo de ensayo que contenía la región formadora de amiloide de Pmel (conocida como dominio de repetición o RPT), las fibrillas de a-sinucleína estimularon a Pmel a agregarse y formar una estructura de fibrillas retorcidas que la proteína no adopta normalmente por sí misma.
Dado que la a-sinucleína en las células de melanoma también puede encontrarse en su forma soluble, o no amiloide, los investigadores realizaron otros experimentos in vitro en los que añadieron a-sinucleína soluble al dominio RPT de Pmel. En este caso, la a-sinucleína inhibió la capacidad de Pmel de autoagregarse y formar amiloide de forma dependiente de la concentración. Los investigadores han localizado esta actividad en los primeros 60 aminoácidos de la a-sinucleína.
"Ahora tenemos datos preliminares que sugieren que un amiloide de una proteína puede 'sembrar' o modelar el amiloide de otra, y en la forma soluble, la a-sinucleína impide la agregación de Pmel. Por lo tanto, pensamos que ambas formas de a-sinucleína podrían disminuir la biosíntesis de la melanina: la forma amiloide haciendo que Pmel forme una estructura retorcida inusual, y la forma soluble impidiendo que Pmel se agregue como debería. La pérdida de la pigmentación de la piel podría contribuir al aumento del riesgo de melanoma en los pacientes con la enfermedad de Parkinson", remacha Lee.