MADRID, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) y del Instituto Max Planck de Bioquímica ha realizado una investigación sistemática de una característica clave de la respuesta inmune innata antiviral: los genes estimulados por interferón (ISG, por sus siglas en inglés). El grupo ha conseguido documentar por primera vez las estrategias implementadas por los ISG para fortalecer la propia defensa del cuerpo contra los virus.
Las estrategias de defensa del cuerpo contra las infecciones virales son tan diversas como los ataques en sí. Una vez dentro del cuerpo humano, los virus actúan como saboteadores. Utilizan los mecanismos moleculares de sus células para multiplicarse y propagarse, a veces con resultados devastadores.
Para contrarrestar esto, el cuerpo ha desarrollado una defensa eficaz contra los virus, que forma parte de la respuesta inmune innata. Los ISG juegan un papel crucial en esta defensa. "Sabemos por estudios realizados por otros investigadores que varios ISG pueden tener un efecto inhibidor sobre la actividad viral, pero no exactamente cómo lo logran", explica Andreas Pichlmair, uno de los autores de este estudio, publicado en la revista 'Nature Immunology'.
Para su investigación, Pichlmair y su equipo investigaron sistemáticamente con qué proteínas interactúan los ISG. Activaron un ISG específico en cultivos celulares y utilizaron espectrometría de masas para determinar las proteínas que interactúan con el ISG respectivo. Como resultado de este análisis intensivo, ahora tienen información sobre 104 ISG y 1.401 proteínas que se unen con ellos. Alrededor del 90 por ciento de estas interacciones no fueron detectadas previamente.
"Una vez que hemos identificado a los socios de interacción de ISG, podemos deducir cómo el cuerpo se defiende contra los virus. Los hallazgos iniciales ya muestran cuán variada es esta respuesta inmunitaria. Si sabemos qué está haciendo nuestro cuerpo cuando combate con éxito una infección viral, podemos encontrar formas de poner en marcha estos mecanismos de defensa para enfermedades con las que el cuerpo no puede lidiar por sí mismo", detalla el investigador.
Si bien algunos ISG pueden modificar los virus directamente, otros tienen un efecto indirecto. Por ejemplo, las parejas de interacción incluyen proteínas celulares utilizadas por los virus para la replicación. Otros ISG interactúan con proteínas esenciales para el balance energético de la célula. Otro hallazgo es que algunas proteínas, como la molécula LGALS3BP, interactúan con un gran número de ISG. Otros experimentos han demostrado que LGALS3BP desempeña un papel clave previamente no reconocido en la coordinación de la respuesta inmune antiviral.