MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Incluso los virus pueden tener un lado positivo. Un equipo de investigación de la Universidad de Bolonia (Italia) ha desarrollado una nueva terapia dirigida contra el cáncer basada en la acción de un fago modificado genéticamente, un virus que infecta a las bacterias.
El estudio, publicado en la revista científica 'Nanoscale', se llevó a cabo en el marco del proyecto NanoPhage, apoyado por la Asociación Italiana para la Investigación del Cáncer (Fundación AIRC).
Los resultados demuestran que es posible diseñar un tipo particular de virus, el fago M13, para eliminar selectivamente sólo las células tumorales. Para ello, se ha modificado el virus de manera que pueda transportar a las células tumorales objetivo un fármaco que puede ser activado por la luz.
"Hoy, más que nunca, sabemos que los virus pueden ser enemigos peligrosos para el ser humano. Sin embargo, es importante recordar que algunos virus pueden ser valiosos aliados en la lucha contra las enfermedades, incluido el cáncer", explica Matteo Calvaresi, profesor del Departamento de Química 'Giacomo Ciamician' de la Universidad de Bolonia y coordinador del estudio.
Los bacteriófagos, o simplemente fagos, son virus muy extendidos que afectan a las bacterias, pero son inofensivos para las plantas, los animales y los seres humanos. Debido a esta característica y a su particular estructura, se prestan a ser modificados genéticamente y transformados así en vectores capaces de transportar fármacos dentro de un organismo de forma selectiva.
Los investigadores probaron esta oportunidad con el fago M13, un virus filamentoso de 1000 nanómetros de largo pero sólo 5 nanómetros de ancho (un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro). Por sus características, este virus puede convertirse en una plataforma eficaz para alojar y transportar nanomateriales.
En concreto, el objetivo del estudio era convertir el virus en una herramienta para aplicar una terapia fotodinámica anticáncer: un tratamiento dirigido y no invasivo activado por pulsos de luz.
"Hemos utilizado este fago como vehículo capaz de dirigir varios cientos de moléculas a la superficie de las células cancerosas. A continuación, estas moléculas penetran en las células cancerosas mediante un proceso, denominado endocitosis, mediado por receptores", explica Luca Ulfo, estudiante de doctorado de la Universidad de Bolonia y coprimer autor del estudio.
Los investigadores modificaron genéticamente el fago para que se dirigiera selectivamente a un receptor específico llamado EGFR, que está sobreexpresado en varios tipos de tumores, como los de mama, pulmón, cerebro y colon.
Así, el virus sólo llega a las células tumorales. Además, las moléculas que permiten activar la terapia fotodinámica se han unido químicamente a la envoltura proteica que rodea el genoma del virus.
"Estas moléculas son compuestos llamados fotosensibilizadores, que pueden activarse mediante un estímulo luminoso. Además, pueden transformar el oxígeno normalmente presente en nuestro cuerpo en un agente químico altamente reactivo capaz de matar las células cancerosas", añade Andrea Cantelli, investigador de la Universidad de Bolonia y coprimer autor del estudio.
El virus modificado puede reconocer las células tumorales de forma selectiva. Esto permite controlar con precisión la zona en la que se activa la terapia al irradiarla con luz. Se trata de características que podrían ayudar a reducir drásticamente los efectos secundarios de las terapias contra el cáncer. Los resultados obtenidos son el primer paso significativo hacia un ensayo clínico de este vector viral, que también podría encontrar otras aplicaciones médicas.
"La singularidad de esta nueva herramienta reside en la gran flexibilidad que ofrece la biología del fago, que permite desarrollar enfoques innovadores en el campo de la teranóstica, la biosensación y la medicina de precisión. Además de nuestra aplicación específica, el virus podría modificarse de otras maneras para llegar a distintos tipos de células, e incluso para combatir bacterias patógenas que han desarrollado resistencia a los antibióticos", detalla Alberto Danielli, profesor del Departamento de Farmacia y Biotecnología de la Universidad de Bolonia y uno de los coordinadores del estudio.