MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) han descubierto una nueva forma de privar de energía a las células cancerosas de un tumor cerebral para evitar que sigan creciendo.
Esta investigación preclínica realizada en muestras de tejido humano, líneas celulares humanas y ratones podría dar lugar a cambios en el tratamiento de algunos niños con meduloblastoma en el futuro, si los hallazgos se confirman en ensayos clínicos con humanos.
El meduloblastoma es el tumor cerebral de alto grado más frecuente en los niños. La tasa de supervivencia es del 70 por ciento para aquellos pacientes cuyo tumor no se ha extendido, pero es casi siempre mortal en los casos de tumor recurrente.
La investigación, publicada en la revista 'Nature Communications', analiza el hexafosfato de inositol (IP6), un compuesto natural presente en casi todas las plantas y animales, y demostró cómo inhibe el meduloblastoma y puede combinarse con la quimioterapia para eliminar las células tumorales.
"El meduloblastoma se presenta en cuatro subgrupos distintos (WNT, SHH, G3 y G4). A pesar de nuestro creciente conocimiento de las diferencias moleculares entre estos subgrupos, las opciones actuales son la cirugía junto con la radioterapia y/o la quimioterapia para todos los pacientes. Necesitamos desesperadamente comprender los eventos moleculares clave que impulsan el crecimiento del tumor en cada subgrupo para diseñar nuevos tratamientos dirigidos menos tóxicos", explica la investigadora principal, la profesora Silvia Marino.
El meduloblastoma G4 es el menos comprendido de todos los subgrupos, a pesar de ser el más común y estar asociado a un mal pronóstico. "Hemos identificado una forma novedosa en la que este tipo de meduloblastoma es capaz de adaptar su metabolismo y crecer sin control. Y, lo que es más importante, también hemos demostrado cómo se puede bloquear este suministro de energía. Estos emocionantes resultados permiten albergar la esperanza de desarrollar nuevos tratamientos específicos para los pacientes con este agresivo tumor cerebral pediátrico", detalla la científica.
Las células normales son capaces de activar y desactivar genes específicos para controlar su crecimiento. Este proceso, conocido como epigenética, puede verse alterado en el cáncer, dando lugar a una sobreproducción de proteínas específicas que contribuyen al desarrollo y crecimiento de un tumor.
Ya se sabe que los cambios epigenéticos pueden contribuir al desarrollo del meduloblastoma. Además, una proteína implicada en este proceso, conocida como BMI1, se encuentra en niveles elevados en una amplia gama de cánceres, incluidos los tumores cerebrales. En el meduloblastoma, los niveles de esta proteína son elevados en el subgrupo G4, en el que se mantiene el crecimiento del tumor.
El equipo de la profesora Marino ha demostrado anteriormente que, además de los altos niveles de IMC1, las células de meduloblastoma G4 también carecen de una proteína llamada CHD7. Se cree que esta combinación de cambios, o firma, contribuye al desarrollo del meduloblastoma G4.
Ahora el equipo ha demostrado que los altos niveles de IMC1 permiten a las células cancerosas adaptar su metabolismo y crecer de forma agresiva. Este cambio puede invertirse tratando las células con inositol hexafosfato (IP6). El equipo también demostró que cuando el IP6 se combinaba con la quimioterapia, en este caso el cisplatino, observaban una mayor capacidad para eliminar las células tumorales en ratones.