MADRID 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos), y del Instituto de Tecnología de Israel (Technion), han descubierto la manera en la que el cerebro codifica las distintas vocales y las distintas áreas específicas que están involucradas en la pronunciación.
Este adelanto, según recoge la BBC, servirá para el desarrollo de nuevas tecnologías capaces de devolver la expresión verbal a personas que han perdido el habla. Por ello, los expertos trabajan ya con pacientes epilépticos, que tenían electrodos implantados en los cerebros, para conocer el origen de sus convulsiones.
Y es que, si se entiende el código neuronal subyacente del habla, se podría descifrar el habla a partir de la actividad de cada célula cerebral y desarrollar así aparatos que puedan leer dicha actividad y traducirla a palabras inteligibles al oído. Además, el principio es el mismo que se ha utilizado con experimentos en los que pacientes han podido manipular una mano robótica con el pensamiento.
PACIENTES CON SEVEROS ATAQUES DE EPILEPSIA
Para realizar el estudio, los investigadores de UCLA y Technion han trabajado con pacientes que sufren severos ataques de epilepsia a los cuales les habían colocado electrodos en el cerebro para identificar el origen de sus convulsiones y proceder con una posible cirugía curativa.
Así, y con el fin de identificar el área de la lesión, los pacientes tuvieron que estar motorizados durante varios días enteros mientras realizaban una serie de tareas que, a su vez, servían para analizar la función cerebral.
"Los pusimos a articular vocales y, con equipos muy sofisticados, pudimos registrar la actividad de células individuales", ha explicado el profesor de neurocirugía de UCLA, Itzhak Fried.
De esta forma, los investigadores encontraron un área en el lóbulo frontal del cerebro que respondía a la articulación de una vocal en particular y, además, identificaron una célula individual o un pequeño grupo de células específicas durante la pronunciación de esa vocal.
Asimismo, en el lóbulo temporal los expertos detectaron que había una codificación diferente que seguía ciertos aspectos anatómicos de la articulación en la cavidad oral, particularmente con respecto a la colocación de la lengua.
"Hemos identificado dos características, que pueden no ser las únicas, pero tenemos algún tipo de código basado en la actividad de neuronas individuales o pequeños grupos neuronales relacionados a elementos particulares del habla", ha comentado Fried, para explicar que el elemento crítico de la investigación es la "especialización a nivel de células individuales".
LAS CÉLULAS DEL CEREBRO ESTÁN ESPECIALIZADAS
Y es que, ha proseguido, las células del cerebro se especializan y responden de manera diferente, por lo que las vocales se representan con actividad diferente a través de distintas neuronas. Este descubrimiento puede ser, a juicio de los expertos, para dar una interpretación verbal a las personas que hayan perdido el habla tanto por accidente como por enfermedad.
Por otra parte, Fried ha informado de que existe un área de desarrollo, llamada neuroprótesis, en la que hay diferentes dispositivos mecánicos que se mueven en base al comportamiento del código neuronal. De hecho, ya hay pruebas para manipular directamente objetos en las que se utiliza la actividad del cerebro de personas paralizadas.
"De la misma manera que se entiende el sistema motor, si entendemos cómo se activan las células al pronunciar, esa actividad podría --en el futuro-- devolverle el habla a alguien paralizado por un derrame cerebral. Serían interfaces entre el cerebro y máquinas para decodificar los patrones de actividad neuronal y permitir a alguien comunicarse", ha asegurado.
Además, el descubrimiento de los científicos de UCLA y Technion tiene implicaciones que van más allá del habla y penetran el umbral del pensamiento. "Si se logra entender la base del pensamiento o de la planificación, esa actividad neuronal también podría ser traducida", ha comentado Fried.
No obstante, el experto ha reconocido que el principal "desafío" es el hecho de poder interpretar esa actividad de manera no invasiva, es decir, sin tener que colocar electrodos en el cerebro como lo han hecho con pacientes epilépticos.
"Sería a través de algún dispositivo que escuche la actividad neuronal. Obviamente, en la actualidad, estamos pensando en un contexto clínico, para los que no pueden hablar por parálisis, pero nos imaginamos un futuro en que entendemos el código neuronal para usarlo de diferentes formas", ha concluido.