MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
El asma no parece aumentar el riesgo de que una persona contraiga COVID-19 ni influir en su gravedad, según un equipo de investigadores del Rutgers Institute for Translational Medicine and Science en Nueva Jersey (EEUU), y que acaba de publicar el 'Journal of Allergy and Clinical Immunology'.
"La edad avanzada y afecciones como enfermedades cardíacas, presión arterial alta, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes y obesidad son factores de riesgo reportados para el desarrollo y la progresión de COVID-19. Sin embargo, las personas con asma, incluso aquellas con función pulmonar disminuida que están siendo tratadas para controlar la inflamación asmática, no parecen estar más afectadas por el SARS-CoV-2 que una persona no asmática.", ha señalado Reynold A. Panettieri Jr., médico de cuidados críticos pulmonares y líder del estudio.
No obstante, ha admitido que "hay datos limitados de por qué este es el caso, si es fisiológico o como resultado del tratamiento para controlar la inflamación". Asimismo, entiende que esto podría deberse a que las personas de poblaciones vulnerables, las personas con asma pueden volverse hipervigilantes sobre la higiene personal y el distanciamiento social.
El distanciamiento social podría mejorar el control del asma ya que las personas que están en cuarentena tampoco están tan expuestas a los desencadenantes estacionales que incluyen alérgenos o virus respiratorios. También hay evidencia de que las personas están más atentas a tomar sus medicamentos para el asma durante la pandemia, lo que puede contribuir a la salud general.
Por otro lado, los corticosteroides inhalados, que se usan comúnmente para proteger contra los ataques de asma, también pueden reducir la capacidad del virus para establecer una infección. Sin embargo, los estudios han demostrado que los esteroides pueden disminuir la respuesta inmune del cuerpo y empeorar la respuesta inflamatoria.
También se ha demostrado que los esteroides retrasan la eliminación del virus SARS y MERS, similar al SARS-CoV-2, del tracto respiratorio y, por lo tanto, pueden empeorar los resultados de COVID-19. Los estudios futuros deben abordar si los esteroides inhalados en pacientes con asma o alergias aumentan o disminuyen los riesgos de infección por SARS-CoV-2, y si estos efectos son diferentes según el tipo de esteroide.
Asimismo, la edad puede jugar un papel importante. La susceptibilidad de una persona y la gravedad de la infección por COVID-19 aumenta con la edad. Sin embargo, dado que los pacientes con asma tienden a ser más jóvenes que aquellos con afecciones de alto riesgo informadas, los estudios ajustados por edad podrían ayudar a comprender mejor si la edad es un factor para explicar por qué los pacientes con asma pueden no tener un mayor riesgo de infección.
Los niños y los adultos jóvenes con asma sufren principalmente de inflamación alérgica, mientras que los adultos mayores que experimentan el mismo tipo de inflamación de las vías respiratorias también pueden sufrir asma eosinofílica, una forma más grave. En estos casos, las personas experimentan niveles anormalmente altos de un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones, lo que puede causar inflamación en las vías respiratorias, los senos paranasales, las vías nasales y el tracto respiratorio inferior, lo que puede aumentar el riesgo de un caso grave de COVID-19.
A favor de su investigación destaca que el asma tiende a asociarse con muchas menos afecciones que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o la enfermedad cardiovascular. "Si el SARS-CoV-2 es una enfermedad que causa disfunción en las células que recubren los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, entonces la diabetes, las enfermedades cardíacas, la obesidad y otras enfermedades asociadas con esta afección pueden hacer que las personas sean más susceptibles al virus que las personas asmáticas", concluye.