MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Con menos de diez milésimas de onza y una velocidad máxima de menos de dos millas por hora, el mosquito hembra es uno de los animales más peligrosos del planeta porque mientras vuela de persona a persona, mordiéndonos para extraer la sangre que necesita para poner sus huevos, esta pequeña criatura transmite microbios que enferman y matan a millones de personas cada año.
Sin embargo, recientemente, científicos en el laboratorio de Leslie B. Vosshall de la Universidad Rockefeller, en Estados Unidos, han demostrado que se puede convencer a los mosquitos hembras para que no muerdan. Su trabajo, que se publica en la revista 'Cell', alumbra sobre la biología que subyace en los comportamientos de búsqueda de huéspedes y de alimentación de sangre que hacen que estos insectos sean una amenaza, y podría llevar a nuevas formas de detener esos comportamientos.
Los investigadores realizaron sus experimentos con los mosquitos 'Aedes aegypti', la especie responsable de la propagación del dengue, el Zika, la chikungunya y la fiebre amarilla. Los 'Aedes' femeninos se sienten fuertemente atraídos por los seres humanos, cuya sangre contiene la proteína que necesitan para producir sus huevos. Pero, una vez que se han alimentado, la atracción disminuye bruscamente y los mosquitos llenos muestran poco interés en buscar otra comida de sangre durante varios días.
"Es como la mejor cena de Acción de Gracias", pone como ejemplo la becaria postdoctoral que dirigió el proyecto, Laura Duvall. Los científicos pueden reproducir ese efecto posprandial a largo plazo inyectando a los mosquitos hembras grandes dosis de pequeñas moléculas similares a proteínas llamadas neuropéptidos, que activan receptores especializados.
Pero la lista de posibles combinaciones de receptores de neuropéptidos es larga, y se necesitan mejores herramientas para desarrollar compuestos que puedan suprimir de manera más eficiente los comportamientos de alimentación de una hembra sin tener otros efectos no deseados. Afortunadamente, receptores similares regulan el comportamiento de alimentación en muchas especies, incluida la nuestra. Y esa herencia evolutiva compartida proporcionó a Duvall y sus colegas la pista que necesitaban para resolver el misterio de la pérdida de apetito del mosquito.
SUPRESOR DEL APETITO
En los seres humanos, los llamados receptores de neuropéptido Y o NPY regulan la ingesta de alimentos, y la industria farmacéutica ha desarrollado medicamentos contra la obesidad que los activan e inhiben. Duvall y sus colegas estimaron que los mismos medicamentos también podrían afectar a los receptores tipo NPY de los mosquitos; y así fue.
Cuando los investigadores alimentaron a los mosquitos hembra con una solución salina dopada con medicamentos que activan los receptores NPY humanos, la atracción de los insectos hacia un huésped humano --medida por su disposición a volar hacia un trozo de medias de nylon que Duvall había usado lo suficiente como para absorber los olores del cuerpo que incitan a los mosquitos a alimentarse-- se desplomaban como si hubieran tenido una comida de sangre.
Alternativamente, cuando los científicos alimentaron a los mosquitos con sangre dopada con un medicamento que inhibe los mismos receptores, se comportaron como si no hubieran comido nada. Para identificar el receptor particular sobre el que actuaban los fármacos humanos, el equipo utilizó su conocimiento del genoma del mosquito para clonar los 49 posibles receptores neuropéptidos de la especie y los expuso a los mismos compuestos. Solo uno, un receptor tipo NPY conocido como NPYLR7, respondió a todas las medicinas humanas que habían afectado a los mosquitos.
"Nos impresionó y sorprendió que los fármacos diseñados para afectar el apetito humano funcionaran perfectamente para suprimir el apetito de los mosquitos", subraya el profesor Vosshall. Es más, cuando el equipo alimentó con sangre al mosquito mutado 'Ae Aegypti', que había sido diseñado genéticamente para carecer de los receptores NPYLR7 adecuados, esos mosquitos seguían tan interesados ??como siempre en su próxima comida, lo que confirma que NPYLR7 era el receptor que habían estado buscando.
UTILIZAR SEGÚN LAS INDICACIONES
En ese momento, los investigadores sabían que NPYLR7 podría ser lo que habían buscado durante mucho tiempo: un medio para evitar que los mosquitos piequen a las personas. Pero los medicamentos humanaos que utilizaban para manipular el receptor en el laboratorio no eran adecuados para su uso en la naturaleza, ya que podrían afectar tanto a las personas como a los mosquitos.
En su lugar, comenzaron a buscar moléculas que activaran selectivamente NPYLR7 sin activar los receptores NPY humanos. Comenzando con una lista inicial de más de 250.000 candidatos, el equipo finalmente optó por el "compuesto 18", una molécula que suprimió el comportamiento de búsqueda de huéspedes de 'Aedes' sin efectos fuera del objetivo.
Sin embargo, demostrar que un fármaco evitará que muerdan a un anfitrión vivo que respira cuando se coloca frente a ellos como un pavo de Acción de Gracias es distinto al experimento con el trozo de nylon de esta investigación. Así que, como prueba final, los investigadores pusieron un ratón vivo ante los mosquitos. Aunque 'Aedes' prefiere a los humanos, se conforman con otros mamíferos cuando sea necesario. Para su satisfacción, los mosquitos que fueron alimentados con el compuesto 18 se mostraron tan desinteresados ??en la alimentación del roedor como los mosquitos que habían disfrutado de una comida de sangre.