MADRID 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El 10% de los pacientes ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) presenta una infección mientras que en el resto del hospital, la incidencia de las infecciones hospitalarias no supera el 7%. Así fue puesto de manifiesto en el Simposio Infección Fúngica y por Grampositivos en el paciente crítico, patrocinado por la compañía biomédica Pfizer, y celebrado en el marco del XI Simposio Internacional de Infección en el Paciente Crítico.
La infección más frecuente y también la más grave que afecta a los pacientes de las UCIs es la neumonía, seguida por la bacteriemia -una infección a la sangre- y la infección urinaria. Los expertos destacaron que la aparición de infecciones de este tipo en pacientes críticos aumenta seriamente el riesgo de mortalidad.
Según los datos aportados por Pedro Olaechea, del Hospital de Galdakano, entre el 20 y 25% de los pacientes politraumatizados ingresados en una UCI sufre una infección, de los cuales entre el 12 y 15% corresponden a los denominados enfermos médicos (padecen una neumonía, pancreatitis, etc) siendo menor la incidencia en personas sometidas a una intervención quirúrgica (5 al 8%) o enfermos coronarios (2%). Respecto al tipo de infección más frecuente y también más grave, la neumonía es la patología con mayor incidencia (40% del total) y con mayor morbi-mortalidad seguida de la bacteriemia (infección en sangre) que constituye el 30% del total y, finalmente la infección urinaria (20%).
La aparición de infección en pacientes críticos aumenta el riesgo de fallecimiento "y además, es uno de los principales motivos de aumento de los costes sanitarios", afirma Olaechea. "Todas las infecciones -precisa- suponen un incremento en los días de estancia en las UCIs que puede oscilar entre dos días, caso de una infección por catéter, hasta 10 días por una neumonía. Si el coste medio de estancia en una unidad de estas características es de cerca de 1.200 euros diarios, la aparición de una infección aumenta de forma considerable el gasto sanitario".
Según precisa el doctor José Garnacho, en la infección por patógenos se ha registrado en los últimos años un cambio significativo. "Hasta fechas recientes, los microorganismos más prevalentes eran los gramnegativos. Sin embargo, en la actualidad, este panorama se ha transformado de forma importante produciéndose un aumento de las infecciones por bacterias grampositivas, especialmente por el Staphylococcus aureus, e infecciones por hongos, Candida spp. y Aspergillus spp."
"Las infecciones por bacterias grampositivas - apunta la doctora Mercedes Palomar, jefe de sección del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona- constituyen una de las causas más frecuentes de infecciones en las UCIs, siendo en la actualidad Staphylococcus aureus uno de los causantes de la neumonía asociada a ventilación mecánica y uno de los patógenos que más preocupan. Cuando Staphylococcus aureus es resistente a meticilina -añade- su presencia se asocia a una elevada mortalidad". En opinión de esta especialista, esta elevada morbi-mortalidad se podría prevenir, en parte, "si se aplicara el tratamiento adecuado de forma temprana". Según señala, una nueva familia de antibióticos, las oxazolidinonas, representa una alternativa eficaz para el tratamiento de la neumonía adquirida en el hospital por Staphylococcus aureus resistente a meticilina.
INFECCIONES CAUSADAS POR HONGOS La infección por hongos no es una de las más frecuentes, sin embargo, sí está asociada a una elevada mortalidad, hasta un 40% en el caso de la infección por Candida spp. Según explica el doctor Francisco Álvarez-Lerma, estas infecciones se producen fundamentalmente en pacientes inmunodeprimidos, "aquellos que han recibido tratamientos que comprometen la capacidad de respuesta, enfermos post-quirúrgicos, pacientes con problemas respiratorios crónicos que han recibido corticoides o enfermos ingresados en UCI que han sufrido múltiples manipulaciones".
En opinión de este experto, uno de los principales problemas de estas infecciones radica en la dificultad de diagnosticarlas de forma precoz. "En la detección precoz de este tipo de infección en el paciente crítico se ha avanzado poco y además no contamos con marcadores que nos indiquen su posible presencia por lo que basamos el inicio de un tratamiento en scores de riesgo que se han propuesto. No obstante, incluso esta estrategia no es seguida de forma amplia por los intensivistas que suelen esperar a una evidencia clara, lo que se traduce en un tratamiento tardío y en una evolución clínica del paciente mala".
Junto con un mejor diagnóstico precoz, el doctor Álvarez-Lerma considera que se debe mejorar el tratamiento de estos pacientes y reclama la utilización de antifúngicos más potentes, activos y con un mayor espectro de actividad para superar el problema de resistencias que se están empezando a registrar en la actualidad con estas infecciones.