MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
La infección por COVID-19 aumenta el riesgo de eventos trombóticos en los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) en tratamiento de hemodiálisis y, en consecuencia, aumenta el riesgo de mortalidad, según un estudio realizado por nefrólogos e investigadores del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid y la Fundación Renal Iñigo Álvarez de Toledo.
El objetivo del estudio, en concreto, fue determinar la incidencia de eventos trombóticos tardíos en los pacientes renales en hemodiálisis (HD) que han superado la infección por SARS-CoV-2, en comparación con los que no fueron infectados por el virus de la COVID-19.
El estudio, que se ha presentado en el 51 Congreso de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) celebrado del 15 al 18 de octubre, se llevó a cabo sobre una cohorte de 200 pacientes de la unidad de hemodiálisis del Hospital Fundación Alcorcón, en el periodo del 1 de marzo al 1 de octubre de 2020, de los que el 17,6% fueron infectados por SARS-CoV-2.
Según informan, se excluyeron los pacientes que iniciaron hemodiálisis posterior a esa fecha, los que la requirieron por fracaso renal agudo, y los pacientes que tuvieron un seguimiento menor de un mes por muerte de causa no trombótica o por recibir un trasplante renal.
Los resultados de la investigación señalaron un incremento de trombosis de los pacientes infectados por el virus con respecto a los no infectados, así como un aumento del riesgo de eventos trombóticos tardíos de un 16,5% superior en el caso de los pacientes contagiados (18,5% en el caso de los infectados frente al 1,9% en el caso de los no infectados).
Durante el periodo de seguimiento, destacó la incidencia de los casos de ictus, con una tasa muy superior en los pacientes en HD infectados por el virus con respecto a los no infectados (38.9 episodios/1000 pacientes-año en pacientes afectos vs 2.8 episodios/1000 pacientes-año en pacientes no afectos). La mediana del tiempo transcurrido entre el diagnóstico y el primer evento trombótico fue de 62 días.
En el estudio ninguna variable clínica o analítica predijo los eventos trombóticos, y se analizó la anticoagulación profiláctica como una de las herramientas terapéuticas para su tratamiento. No obstante, los autores concluyeron que se necesitan más investigaciones para evaluar el beneficio de la anticoagulación profiláctica prolongada en estos pacientes tras la recuperación de la COVID-19.