MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
La combinación de un calor altísimo y una elevada contaminación por partículas finas puede duplicar el riesgo de muerte por infarto de miocardio, según un nuevo estudio de más de 202.000 muertes por infarto de miocardio en China, según publican los investigadores en 'Circulation', la revista de la Asociación Americana del Corazón.
"Los fenómenos de temperaturas extremas son cada vez más frecuentes, más prolongados y más intensos, y sus efectos adversos para la salud han suscitado una preocupación creciente. Otro problema ambiental en todo el mundo es la presencia de partículas finas en el aire, que pueden interactuar sinérgicamente con las temperaturas extremas para afectar negativamente a la salud cardiovascular", explica el autor principal Yuewei Liu, profesor asociado de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou.
"Sin embargo --prosigue--, aún se desconoce si la exposición conjunta a temperaturas extremas y a la contaminación por partículas finas podría interactuar, y cómo, para desencadenar un mayor riesgo de muerte por infarto de miocardio, que es una respuesta aguda potencialmente provocada por un escenario agudo y un gran reto para la salud pública debido a su importante carga de morbilidad en todo el mundo".
Para examinar el impacto de las temperaturas extremas con y sin altos niveles de contaminación por partículas finas, los investigadores analizaron 202.678 muertes por ataque cardíaco entre 2015-2020 que ocurrieron en la provincia de Jiangsu, una región con cuatro estaciones distintas y una amplia gama de temperaturas y niveles de contaminación por partículas finas.
Las muertes se produjeron entre adultos mayores con una edad media de 77,6 años; el 52% eran mayores de 80 años; y el 52% eran hombres. En el análisis se incluyó la exposición a partículas el día de cada muerte y un día antes de la muerte.
Las temperaturas extremas se midieron según el índice de calor diario (también denominado temperatura aparente) de una zona, que capta el efecto combinado del calor y la humedad. Se evaluaron tanto la duración como la intensidad de las olas de calor y las olas de frío.
Las muertes por infarto de miocardio, o casos-día, durante estos periodos se compararon con los días de control del mismo día de la semana del mismo mes, es decir, si una muerte se producía un miércoles, todos los demás miércoles del mismo mes se considerarían días de control. Los niveles de partículas se consideraron altos en cualquier día con un nivel medio de partículas finas superior a 37,5 microgramos por metro cúbico.
"Nuestros hallazgos aportan pruebas de que reducir la exposición tanto a las temperaturas extremas como a la contaminación por partículas finas puede ser útil para prevenir las muertes prematuras por infarto de miocardio, especialmente en el caso de las mujeres y los adultos mayores", señala Liu.
En comparación con los días de control, el riesgo de sufrir un infarto mortal fue un 18% mayor durante las olas de calor de 2 días con índices de calor iguales o superiores al percentil 90 (entre 28 y 37 grados celsius), que aumentaban con la temperatura y la duración, y era un 74% mayor durante las olas de calor de 4 días con índices de calor iguales o superiores al percentil 97,5 (entre 35 y 43 grados).
También subió un 4% más durante olas de frío de 2 días con temperaturas iguales o inferiores al percentil 10 (entre 0, 7 y 4,7 grados), aumentando con temperaturas y duración más bajas, y fue un 12% más alto durante olas de frío de 3 días con temperaturas iguales o inferiores al percentil 2,5 (entre -2 y 2 grados).
Y fue de dos veces más durante olas de calor de 4 días en las que la contaminación por partículas finas superó los 37,5 microgramos por metro cúbico. Los días con altos niveles de contaminación por partículas finas durante las olas de frío no tuvieron un aumento equivalente del riesgo de muerte por infarto de miocardio.
Generalmente, es mayor entre las mujeres que entre los hombres durante las olas de calor y mayor entre las personas de 80 años o más que entre los adultos más jóvenes durante las olas de calor, las olas de frío o los días con altos niveles de contaminación por partículas finas.
La edad media de todos los individuos que murieron de un ataque al corazón en Jiangsu entre 2015 y 2020, incluso durante eventos de temperaturas no extremas, fue de 77,6 años; el 52,1% de estos individuos tenían más de 80 años.
Los investigadores estimaron que hasta el 2,8% de las muertes por infarto de miocardio pueden atribuirse a la combinación de temperaturas extremas y altos niveles de contaminación por partículas finas (> 37,5 microgramos por metro cúbico), según los objetivos de la OMS.
"Entre las estrategias para evitar los efectos negativos sobre la salud de las temperaturas extremas se encuentran seguir las previsiones meteorológicas, permanecer en casa cuando las temperaturas son extremas, utilizar ventiladores y aparatos de aire acondicionado cuando hace calor, vestirse adecuadamente según el tiempo, hidratarse correctamente e instalar persianas en las ventanas para reducir las temperaturas interiores", recuerda Liu.
"Utilizar un purificador de aire en casa, llevar mascarilla al aire libre, mantenerse alejado de las carreteras con mucho tráfico cuando se camina y elegir actividades al aire libre menos agotadoras también puede ayudar a reducir la exposición a la contaminación atmosférica en días con altos niveles de contaminación por partículas finas --añade--. Para mejorar la salud pública, es importante tener en cuenta la contaminación por partículas finas a la hora de emitir avisos de temperaturas extremas a la población".
Los investigadores recomiendan realizar más investigaciones sobre los posibles efectos interactivos de los fenómenos meteorológicos extremos y la contaminación por partículas finas en las muertes por infarto de miocardio en zonas con diferentes rangos de temperatura y contaminación para confirmar sus hallazgos.
El estudio no incluyó ajustes en función de los comportamientos adaptativos adoptados por los individuos, como usar el aire acondicionado y permanecer en casa, cuando las temperaturas son extremas o los niveles de contaminación son altos, lo que podría causar una clasificación errónea de la exposición de los individuos al clima y alterar sus patrones de riesgo. Además, puntualizan que estos resultados tampoco pueden generalizarse a otras regiones de China u otros países debido a las posibles variaciones de la capacidad de adaptación y la distribución de las temperaturas.