MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos de Northwestern Medicine y del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas (Estados Unidos) han identificado nanoburbujas naturales que contienen la proteína ACE2 (evACE2) en la sangre de pacientes con COVID-19 y han descubierto que estas partículas de tamaño nanométrico pueden bloquear la infección de amplias cepas del virus SARS-CoV-2 en estudios preclínicos.
El evACE2 actúa como señuelo en el organismo y puede servir como producto terapéutico que se desarrollará para la prevención y el tratamiento de las cepas actuales y futuras del SARS-CoV-2 y de futuros coronavirus, señalaron los científicos.
Este estudio, publicado en la revista científica 'Nature Communications', es el primero que demuestra que las proteínas evACE2 son capaces de combatir las nuevas variantes del SARS-CoV-2 con una eficacia igual o superior a la del bloqueo de la cepa original.
Los investigadores descubrieron que estas nanoburbujas evACE2 existen en la sangre humana como respuesta antiviral natural. Cuanto más grave es la enfermedad, mayores son los niveles de evACE2 detectados en la sangre del paciente.
"Cada vez que surge una nueva cepa mutante de SARS-CoV-2, la vacuna original y los anticuerpos terapéuticos pueden perder potencia contra las variantes alfa, beta, delta y la más reciente ómicron. Sin embargo, la belleza de evACE2 es su superpotencia para bloquear amplias cepas de coronavirus, incluido el actual SARS-CoV-2 e incluso los futuros coronavirus del SARS para que no infecten a los humanos. Nuestros estudios con ratones demuestran el potencial terapéutico de evACE2 para prevenir o bloquear la infección por el SARS-CoV-2 cuando se hace llegar a las vías respiratorias a través de gotitas", explica el líder del estudio, Huiping Liu.
Las proteínas evACE2 son diminutas burbujas de lípidos (grasa) del tamaño de nanopartículas que expresan la proteína ACE2, como asas a las que se puede agarrar el virus. Estas burbujas actúan como señuelos para alejar al virus SARS-CoV-2 de la proteína ACE2 en las células, que es como el virus infecta las células.
La proteína de la espiga del virus se agarra al asa de evACE2 en lugar de a la ACE2 celular, impidiendo que entre en la célula. Una vez capturado, el virus flotará inofensivamente alrededor o será eliminado por una célula inmune macrófaga. En ese momento, ya no puede causar la infección.
"La clave de este estudio es la identificación de las vesículas extracelulares que se producen de forma natural en el organismo y que expresan el receptor ACE2 en su superficie y forman parte de la defensa adaptativa normal contra los virus que causan la COVID-19. Basándonos en esto, hemos descubierto una forma de aprovechar esta defensa natural como una nueva terapia potencial contra este virus devastador", ha comentado otro de los autores, Raghu Kalluri.