MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Aproximadamente el 50 por ciento de los casos de infertilidad tienen que ver con un factor masculino, ya sea aislado o en consecuencia de la asociación a un factor femenino, según datos proporcionados el médico andrólogo de los centros de referencia en andrología y medicina reproductiva Fertilab Barcelona y Fundació Puigvert, Maurizio de Rocco.
En este sentido, un estudio publicado en 'Human Reproduction Update' señala que, mientras que en 1973 el número de espermatozoides por eyaculación era de 101 millones por cada mililitro, actualmente es de 49 millones, hecho que ha despertado a las autoridades sanitarias la necesidad de investigar y concienciar más sobre este fenómeno.
Sin embargo, una mala calidad del semen no solamente tiene que ver con un número inferior de espermatozoides por eyaculación, sino también con "la movilidad de estos, su morfología o su capacidad de fecundación", según aclara De Rocco.
"El principal problema es que hasta hace poco se había ignorado la calidad del semen por una razón principal, que es la falta de indicadores o síntomas que alerten sobre ella", ha añadido.
"Mientras que las mujeres han podido observar sus menstruaciones y presentir así posibles problemas derivados de irregularidades en sus ciclos, los hombres no han podido identificar la calidad de su semen ya que las erecciones, relaciones y eyaculaciones pueden ser totalmente normales pese a que detrás se esconda un semen de mala calidad", ha aclarado De Rocco.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 30 y el 50 por ciento de los hombres en edad fértil tienen un semen de baja calidad.
El ritmo en el que disminuye la calidad del semen ha despertado la curiosidad de investigadores y expertos, pero también de toda la sociedad. Las respuestas no son definitivas ya que no se saben con certeza los orígenes de este fenómeno, pero la ciencia tiene sus suposiciones.
"Un estilo de vida sedentario, la obesidad o la diabetes junto con la contaminación, son los principales motivos que barajamos los expertos", ha detallado el especialista.
También es importante destacar el vínculo que puede tener esta mala calidad del semen con enfermedades como el cáncer, infecciones genitales, trastornos hormonales, alteraciones en el desarrollo testicular o las vías seminales o con factores genéticos. "Son muchas las disciplinas médicas que están empezando a tomar conciencia de la relación entre ciertas enfermedades y la calidad del semen, razón que ha llevado a muchos profesionales a recomendar a los pacientes que se sometan a procesos de criopreservación", ha añadido.
Tener un semen de baja calidad no solamente dificulta el proceso para concebir, sino que también puede tener consecuencias en el embrión, ya que "los hombres también pueden transmitir alteraciones genéticas a través del esperma", aclara De Rocco. Ante esto, la prevención y el diagnóstico es clave. Según afirma el andrólogo, "es importante que los hombres tengan en cuenta que una buena calidad seminal es indicador de una buena salud global y lo mismo a la inversa".
Por esta razón, someterse a un seminograma con tal de concluir con un diagnóstico es imprescindible ya que, "todo lo que podamos hacer para mejorar la calidad seminal también supondrá una mejora en las tasas de embarazo y en el bebé". Sin embargo, es necesario entender que para poder determinar si existe una solución o no, es necesario disponer de un diagnóstico previo.
Averiguar cuál es el origen del problema mediante un diagnóstico completo es fundamental para el especialitas. Bien es cierto que casos cuyo origen es genético, no tienen una solución posible. Sin embargo, aunque no se logre normalizar el semen, mediante un estudio que permita entender el origen del problema, "se pueden mejorar las probabilidades de éxito tanto en embarazos 'in vitro' como en otras situaciones", apunta De Rocco.
"Se trata de un fenómeno del que muchos hombres no toman conciencia hasta que no se deciden a tener un bebé o a donar semen" explica el especialista, pero, "la preocupación de los hombres en cuanto a su fertilidad y salud reproductiva debería ser la misma que la de las mujeres, algo que se irá consiguiendo poco a poco mediante la concienciación sobre la necesidad de someterse a pruebas y controles así como de llevar un estilo de vida saludable", concluye el andrólogo.