MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres de un estudio que se sometieron a un entrenamiento físico extremo y completaron una expedición trans-antártica no mostraron más efectos negativos para la salud que los hombres. Este análisis, presentado en la Conferencia Anual de la Sociedad de Endocrinología que se celebra en Glasgow, Escocia, que las mujeres no son más susceptibles a los efectos negativos del esfuerzo físico y, con el entrenamiento y la preparación adecuados, pueden ser tan resistentes como los hombres a la hora de realizar una actividad física fuerte.
Previamente, se ha informado que el sistema reproductivo femenino y las respuestas al estrés son más sensibles a los efectos negativos de la actividad física extrema. Existe cierta evidencia de que la actividad física fuerte puede suprimir la actividad normal de la hormona reproductiva femenina, deteriorar la fortaleza ósea y elevar los niveles de la hormona del estrés en mayor medida que en los hombres; pero las razones subyacentes a estas diferencias de género en respuesta al ejercicio de resistencia extrema siguen siendo poco conocidas.
El doctor Robert Gifford y sus colegas de la Universidad de Edimburgo y el Centro Real de Defensa examinaron los efectos del ejercicio extremo sobre los niveles hormonales y la salud de seis mujeres que participaron en la primera expedición transantártica femenina.
NUTRICIÓN Y ENTRENAMIENTOS APROPIADOS
Los investigadores monitorizaron varios marcadores de su salud antes y después de la expedición exitosa. Estos incluían indicadores de estrés, niveles hormonales reproductivos y metabólicos, peso corporal y fuerza ósea. Los hallazgos indicaron no solo que se conservaron los marcadores de la función reproductiva y la fortaleza ósea, sino que algunos marcadores mostraron evidencia de un retraso en el rendimiento físico relacionado con el ejercicio físico dos semanas después de la expedición.
"Nuestros hallazgos contienen algunos datos potencialmente destructores de mitos sobre el impacto de la actividad física extrema en las mujeres. Hemos demostrado que, con la capacitación y preparación adecuadas, se pueden evitar muchos de los efectos negativos para la salud informados anteriormente", apunta Gifford.
Aunque el equipo de la expedición estaba formado por solo seis mujeres y no fue posible explicar los factores de confusión como la edad o el origen étnico, estos hallazgos sugieren que el cumplimiento de un programa de capacitación integral puede haber mitigado los efectos negativos para la salud.
El equipo ahora planea analizar más a fondo cómo los diferentes tipos de actividades pueden contribuir a los efectos negativos sobre el estrés y el balance de energía causados por el esfuerzo físico, lo que puede ayudar a generar estrategias transferibles que los prevengan en el futuro.
"Estos hallazgos podrían tener una relevancia importante para hombres y mujeres en trabajos arduos o estresantes, donde existe la preocupación de que están dañando su salud. Si se sigue un régimen de nutrición y entrenamiento apropiado, su salud puede quedar protegida", aconseja Gifford.