MADRID, 29 Ago. (EDIZIONES) -
Es normal que los niños se despierten varias veces por la noche. Lo que no es normal es que necesiten de la ayuda de los padres para volver a dormirse en cada despertar. Los ciclos de sueño de los pequeños son cortos (hasta los 2 años se nota mucho). Pero pronto se vuelven a dormir si han aprendido cómo hacerlo. De hecho, más del 70% de los niños duerme bien.
"A lo largo de los años he conocido madres que han dejado de trabajar porque no pueden mantenerse despiertas. Padres que han tenido accidentes de coche por dormirse conduciendo. Madres y padres que se quedan físicamente enfermos por no dormir, que se enfadan o que se separan por estar siempre irritados. Esto no es normal. Los niños deben aprender a dormir. Todas las familias me dicen que son otros después de hacerlo. Aparte de que es muy importante para su desarrollo", admite la especialista en ritmos de sueño en bebés y niños Filipa Sommerfeldt en en una entrevista con Infosalus.
Según avisa, la mayor parte de los niños no tienen problemas de sueño. Tienen, eso sí, un aprendizaje hecho que se les ha creado "por error", unas asociaciones entre dormir y algo más: sea comer o la presencia de los padres, por ejemplo. Por ello, sostiene que casi todos los pequeños que necesitan de algo para dormirse acaban despertando varias veces por la noche o durmiendo siestas muy cortas (de 45 minutos), no descansado lo que necesitan, y no dejando a los padres descansar tampoco. Un aspecto que llegado a cierto límite puede poner en riesgo su desarrollo y su salud.
"El verdadero problema surge cuando esta situación se alarga durante meses, e incluso años. La privación del sueño afecta a los niños en su desarrollo físico, cognitivo, en la forma en la que se conectan con sus padres, en cómo reaccionan ante la frustración. Y también afecta, y mucho, a los padres y a la armonía familia", avisa Filipa Sommerfeldt.
Esta portuguesa acaba de publicar '10 días para enseñar a tu hijo a dormir' (La Esfera de los Libros) un manual con el que pretende ayudar a todos esos padres con hijos a los que les cuesta dormir solos o tienen algún problema para dormir, a partir de la experiencia de su consulta en Portugal.
Así, la experta afirma que hay problemas de sueño que pueden ser los responsables de ese mal descanso por las noches de los bebés y niños, desde parasomnias a cuestiones respiratorias o neurológicas, patologías que, en su opinión, deberán ser cuidadas por los médicos que siguen a los pequeños, pero que afectan en minoría este tipo de casos.
Asimismo, recuerda los miedos, pesadillas, o terrores nocturnos, el 'head banging' o sacudir la cabeza cuando se quedan dormidos, los ronquidos o la apnea del sueño; problemas todos ellos que puede afectar seriamente a la calidad del sueño, según advierte Sommerfeldt.
CONSEJOS PARA SUPERAR LAS DIFICULTADES
Por ello, aporta esta serie de consejos que pueden ser útiles para favorecer ese descanso de los niños y evitar así los peligros que conlleva un mal descanso por las noches en los más pequeños:
1.- No acostarse muy tarde: Si van demasiado tarde a la cama, los más pequeños van ya muy enfadados y llorosos. Los más mayores más excitados. Ambas situaciones dificultan mucho el desconectar, tranquilizarse y el poder dormir.
2.- No tener un sueño diurno desajustado: Si las siestas no son a la hora a la que se suelen programar regularmente los niños pueden estar demasiado cansados o, al revés, haber dormido cerca de la hora de acostarse por la noche, lo que significará una mayor dificultad para dormir. "Por supuesto que todo esto tiene que ver con el tipo de niño y con la edad de cada uno", advierte la experta en sueño.
3.- No dormirse con un ayuda que no se queda: Sea mamando, estando en brazos de sus padres, en movimiento o junto a la madre o el padre. "Los pequeños hacen una foto antes de dormir (como nosotros) y si, cuando se despiertan por la noche, no la encuentran, es natural que llamen y la necesiten. Si te duermes junto a tu pareja y, por la noche no la encuentras junto a ti, también la vas buscar", indica la experta.
4.- No tener un ritual ajustado a la familia y al niño. Los niños necesitan rutinas ajustadas. No todas las rutinas sirven, así que es importante que sea un ritual calmado, tranquilo, y con el que el pequeño sienta que se está preparando la hora para ir a dormir, no le pille por sorpresa el irse a la cama.
5.- Tiempo: La falta de tiempo o la prisa que algunos padres tienen cuando llegan a casa es algo que puede contribuir mucho para la dificultad en dormir bien.
6.- "Debemos ayudar a nuestros hijos a estar calmados, pero no a dormir. Entonces, mientras nos necesitan estamos junto a ellos, acariciándoles, besándoles, tocándoles, y en cuanto se tranquilicen nos marchamos, dejándoles a ellos mismos que sean los que se duerman", añade.
Según asegura, dormir es algo que deben conseguir solos. Necesitan de 11 a 12 horas de sueño nocturno. "Sólo tienen que ser ayudados y enseñados. Nuestro hijos merecen que seamos los mejores padres que conseguimos ser. Y un padre y una madre que no duermen demasiado tiempo están en modo de supervivencia. Aún así, el mejor consejo es la insistencia", aclara.