BARCELONA 23 May. (EUROPA PRESS) -
La exposición a partículas contaminantes finas, las PM 2,5, durante la gestación y los primeros siete años de vida se asocia a un peor rendimiento de la memoria de trabajo y de la atención ejecutiva, según revela un estudio del Instituto de Salud Global (ISGlobal).
La investigación del centro impulsado por La Caixa se ha realizado en el marco del proyecto Breathe y ha sido publicada en 'Environmental Health Perspectives'.
Su objetivo era profundizar en el conocimiento generado por anteriores estudios realizados por el mismo equipo, que observaron que los niños y niñas que van a escuelas con mayores niveles de contaminación procedente del tráfico tienen un menor desarrollo cognitivo.
En esta ocasión se contó con 2.221 participantes de centros escolares de la ciudad de Barcelona con edades comprendidas entre los siete y los diez años.
Para evaluar sus capacidades cognitivas realizaron diversos tests por ordenador; la exposición a la contaminación atmosférica en el domicilio desde el inicio del embarazo y a lo largo de la infancia se estimó usando un modelo matemático desarrollado a partir de mediciones reales.
Los resultados mostraron que una mayor exposición a partículas finas desde el embarazo hasta los siete años de edad estaba asociada a una menor memoria de trabajo al alcanzar las edades en que se practicaron los tests cognitivos --entre los siete y los diez años--.
CONTAMINACIÓN ACUMULADA
Estos resultados muestran un efecto acumulado de la exposición a las partículas finas a lo largo de todo el periodo de estudio, aunque la asociación hallada es más fuerte si se toman en cuenta los años más recientes.
La memoria de trabajo es un sistema cognitivo que se ocupa de almacenar información para su posterior manipulación y que resulta fundamental para el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas o la comprensión del lenguaje.
La segregación de los resultados por sexos permitió observar que la relación entre exposición a PM2,5 y menor memoria de trabajo se daba únicamente entre los niños y no en las niñas.
NIÑAS, MEJOR RESPUESTA
"No sabemos todavía a qué se deben estas diferencias, pero existen diversos mecanismos de carácter hormonal o genético que podrían llevar a que las niñas tuviesen una mejor respuesta a los procesos inflamatorios desencadenados por las partículas finas y fuesen menos susceptibles a su toxicidad", explica investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, Ioar Rivas.
Asimismo, se observó que una mayor exposición a partículas finas estaba asociada a una menor atención ejecutiva, tanto en niños como en niñas.
Interviene en las formas de atención de nivel elevado, como la detección y resolución de conflictos en los que caben varias opciones y respuestas, así como en la detección de errores, la inhibición de respuestas o la regulación de pensamientos y sentimientos.
"Este estudio refuerza los resultados de nuestros trabajos anteriores y confirma que la exposición a los contaminantes del aire al inicio de la vida y en la infancia es una amenaza para el neurodesarrollo y un obstáculo para que los niños y niñas alcancen su pleno potencial", afirma Jordi Sunyer, último firmante del artículo y coordinador del programa de Infancia y Medio Ambiente de ISGlobal.