MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis y la Universidad de Umea en Suecia han encontrado un compuesto que previene e incluso revierte la resistencia a la isoniazida, el antibiótico más utilizado para tratar la tuberculosis.
La investigación, publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), se realizó en bacterias que crecen en el laboratorio, preparando el escenario para futuros estudios en animales y personas.
El uso del compuesto junto con la isoniacida podría restaurar la efectividad del antibiótico en personas con tuberculosis resistente a los medicamentos. El compuesto también puede reforzar el poder del antibiótico para matar las bacterias de la tuberculosis, incluso aquellas sensibles a los fármacos, lo que significa que los médicos podrían comenzar a pensar en reducir el oneroso régimen de tratamiento de seis meses que se prescriben actualmente.
Alrededor de 1,5 millones de personas murieron de tuberculosis (TB) en 2017, lo que la convierte en la enfermedad infecciosa más letal del mundo. Un aumento creciente en la tuberculosis farmacorresistente es un obstáculo importante para el tratamiento exitoso de la enfermedad.
"Es muy difícil para las personas cumplir con un régimen tan largo. Son cuatro medicamentos. Tienen efectos secundarios. No es divertido. Cuanto más tiempo tienen los antibióticos, más problemas tiene con el cumplimiento del paciente, y eso puede llevar a la resistencia al fármaco y al fracaso del tratamiento", ha señalado coautora Christina Stallings, PhD, profesora asociada de microbiología molecular en la Escuela de Medicina.
Aquí, ha añadido, "hemos encontrado un compuesto que sensibiliza las bacterias a un antibiótico, evita que surja la resistencia a los medicamentos e incluso invierte la resistencia a los medicamentos, al menos en el laboratorio. Si podemos convertir este compuesto en un medicamento para las personas, podría hacer que nuestras terapias actuales sean más efectivas y sean realmente beneficiosas. Por luchar contra esta pandemia".
La tuberculosis está causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Una vez dentro del cuerpo, las bacterias se transforman en una forma más dura que puede soportar más estrés y es más difícil de matar. En lugar de buscar nuevos y mejores antibióticos, Stallings y sus coautores, Kelly Flentie, PhD, ex investigadora postdoctoral en la Universidad de Washington, y Gregory Harrison, un estudiante graduado, decidieron buscar compuestos que eviten que la bacteria se endurezca.
Cuando se colocan en un ambiente de bajo oxígeno para imitar las condiciones estresantes que las bacterias de la TB encuentran dentro del cuerpo, las bacterias se unen y forman una película delgada llamada biofilm que es resistente no solo a las condiciones de bajo oxígeno sino también a los antibióticos y otros factores estresantes.
Con la ayuda del autor principal Fredrik Almqvist, PhD, profesor de química en la Universidad de Umea, analizaron 91 compuestos que comparten una estructura química central que inhibe las biopelículas en otras especies bacterianas. Los investigadores encontraron un compuesto, llamado C10, que no mató a las bacterias de la TB, pero les impidió formar un biofilm.
Otros experimentos mostraron que el bloqueo de la formación de biopelículas con C10 hizo que las bacterias fueran más fáciles de matar con antibióticos e incluso frenó el desarrollo de resistencia a los antibióticos. Los investigadores necesitaron solo una fracción de la cantidad de isoniacida para matar la bacteria de la tuberculosis cuando se incluyó C10 que con la isoniacida sola.
Además, una de cada 1 millón de bacterias de TB se vuelve espontáneamente resistente a la isoniazida cuando se cultiva en condiciones típicas de laboratorio. Pero cuando los investigadores cultivaron la bacteria de la TB con isoniacida y el compuesto, las bacterias mutantes resistentes a los medicamentos nunca surgieron.
"Al combinar C10, o algo parecido, con isoniazida, podríamos aumentar la potencia del antibiótico y bloquear la resistencia a los medicamentos contra la tuberculosis. Eso significa que podríamos acortar el régimen de tratamiento", ha añadido Stallings.
Lo más sorprendente es que el compuesto incluso revirtió la resistencia al fármaco. Las bacterias de la TB con mutaciones en el gen katG pueden soportar el tratamiento con isoniazida. Pero esas bacterias mueren cuando se las trata con isoniacida más el compuesto, descubrieron los investigadores. Las bacterias no habían perdido su resistencia genética, pero habían perdido la capacidad de sobrevivir cuando estaban expuestas a la isoniazida, siempre que se administrara junto con el C10.
HALLAZGO FUE "TOTALMENTE INESPERADO"
El investigador ha explicado que este hallazgo fue "totalmente inesperado". "No teníamos idea de que podríamos revertir la resistencia a los medicamentos. Pero esto podría significar que con todos esos millones de casos de TB resistentes a la isoniacida, si usamos algo como C10, podríamos dar a las personas la opción de usar la isoniacida nuevamente", ha afirmado.
No obstante, el compuesto aún no está listo para ser utilizado en personas o incluso probado en animales. Este estudio ha sido realizado sobre bacterias que crecen en un laboratorio. Los investigadores aún están averiguando si el compuesto es seguro y cómo podría ser procesado por el cuerpo.
"Tenemos este gran compuesto y hemos demostrado que es posible prevenir y revertir la resistencia a los antibióticos. Pero ahora tenemos que mejorar el compuesto para que podamos comenzar a probarlo en animales o descubrir cómo previene la formación de biopelículas para poder desarrollar otros medicamentos dirigidos a la vía. Tenemos una nueva estrategia para tratar la TB, pero Tomará tiempo antes de que sea una realidad", concluye.