MADRID 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
La obesidad materna afecta las conductas alimentarias de los hijos a través de la sobreexpresión a largo plazo del microARN miR-505-5p, según un estudio publicado en la revista 'PLOS Biology' por Laura Dearden y Susan Ozanne de la Unidad de Enfermedades Metabólicas del Instituto de Ciencias Metabólicas de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.
Estudios anteriores tanto en humanos como en modelos animales han demostrado que los hijos de madres obesas tienen un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. Si bien esta relación es probablemente el resultado de una relación compleja entre la genética y el medio ambiente, la evidencia emergente ha implicado que la obesidad materna puede alterar el hipotálamo, la región del cerebro responsable de la detección de la nutrición y la homeostasis energética. En modelos animales, las crías expuestas a una sobrenutrición durante períodos clave del desarrollo comen más, pero se sabe poco sobre los mecanismos moleculares que conducen a estos cambios en el comportamiento alimentario.
En este estudio, los investigadores descubrieron que los ratones nacidos de madres obesas tenían niveles más altos del microARN miR-505-5p en el hipotálamo, desde la etapa fetal hasta la edad adulta. Los investigadores descubrieron que los ratones comían más y mostraban preferencia por alimentos ricos en grasas. Curiosamente, el efecto de la obesidad materna sobre el miR-505-5p y las conductas alimentarias se mitigó si las madres hacían ejercicio durante el embarazo.
Los experimentos con cultivos celulares demostraron que la expresión de miR-505-5p podría inducirse exponiendo las neuronas hipotalámicas a ácidos grasos de cadena larga e insulina, ambos niveles elevados en embarazos complicados por la obesidad. Los investigadores identificaron miR-505-5p como un nuevo regulador de las vías involucradas en la absorción y el metabolismo de los ácidos grasos; por lo tanto, los niveles altos de miARN hacen que el cerebro de la descendencia sea incapaz de detectar cuándo ingiere alimentos ricos en grasas. Varios de los genes que regula miR-505-5p se han asociado con un alto índice de masa corporal en estudios genéticos humanos. El estudio es uno de los primeros en demostrar el mecanismo molecular que vincula la exposición nutricional en el útero con la conducta alimentaria.
Los autores añaden: "Nuestros resultados muestran que la obesidad durante el embarazo provoca cambios en el cerebro del bebé que les hace comer más alimentos ricos en grasas en la edad adulta y tener más probabilidades de desarrollar obesidad. Es importante destacar que demostramos que el ejercicio moderado, sin pérdida de peso, durante los embarazos complicados por la obesidad previno los cambios en el cerebro del bebé. Esto nos ayuda a comprender por qué los hijos de madres que viven con obesidad tienen más probabilidades de volverse obesos, siendo factores contribuyentes las exposiciones tempranas, la genética y el entorno actual".