MADRID, 29 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de The North American Menopause Society (NAMS) ha concluido que el tamaño de la cintura y la grasa abdominal pueden ser más eficaces para evaluar el riesgo de enfermedad de las arterias coronarias (CAD) que el índice de masa corporal (IMC), lo que pone de relieve que no todas las grasas son iguales y que la obesidad central, aquella que se concentra en el abdomen, es la más peligrosa.
El estudio, publicado en la revista 'Menopause', ha demostrado que aquellas participantes que tenían obesidad central tenían un índice mayor en la presencia de CAD. Sin embargo, no se identificó ninguna diferencia basada en el IMC, por lo que la obesidad general no era un factor de riesgo para desarrollar esta patología.
Actualmente, CAD sigue siendo la principal causa de muertes en mujeres, por lo que se debe prestar gran atención a sus factores de riesgo. Las mujeres premenopáusicas tienen menor incidencia de CAD que los hombres por la función protectora que el estrógeno desarrolla frente al sistema cardiovascular.
Por ello, estos datos son especialmente relevantes para las que se encuentran en fase posmenopáusica, ya que durante esta etapa se produce una disminución de los niveles de estrógeno y modificaciones en la distribución de la grasa corporal.
Hasta ahora la obesidad se ha situado como un factor de riesgo de desarrollar la enfermedad de las arterias coronarias porque causa disfunción de las células endoteliales, resistencia a la insulina y aterosclerosis coronarias, entre otros problemas. Además, puede ir acompañado de otras características que aumentan su gravedad, como la hipertensión o la diabetes. Sin embargo, este estudio muestra los efectos perjudiciales de la obesidad central.
De esta forma, la directora médica de NAMS, la doctora Stephanie Faubion, ha concluido que todas las grasas no son iguales y que es "importante identificar a las mujeres con exceso de grasa abdominal para que se puedan implementar intervenciones en el estilo de vida".