MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -
Los mensajes claros y positivos, segmentados por edad, cultura y geografía, son clave para ayudar al público a cumplir con las medidas de distanciamiento social para detener la propagación de la infección por Covid-19, según publican expertos en comportamiento en un comentario publicado en el 'Journal of Epidemiology & Community Health'.
Los mensajes que son autoritarios y / o punitivos en tono y socialmente divisivos tendrán el efecto contrario, aseguran los nueve autores, dirigidos por el profesor Chris Bonell, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine.
A medida que se acerca la perspectiva de la reducción del bloqueo, y en ausencia de otra evidencia sólida sobre la mejor manera de frenar la propagación del covid-19, establecieron una serie de 11 principios clave de comunicación que son informados por un cuerpo de ciencias del comportamiento y el estudio de otras infecciones, como SARS y MERS.
Estos principios, que apuntan a guiar a los gobiernos sobre cómo ayudar a las personas a cumplir con las medidas de distanciamiento social, "podrían asegurar que las intervenciones tengan más probabilidades de lograr los resultados previstos y menos probabilidades de generar consecuencias no deseadas", sugieren.
Los 11 principios son: Orientación clara y específica, 'Protegerse unos a otros', 'Permanecer unidos', 'Esto es lo que somos', evitar mensajes basados en el miedo o el asco; evitar mensajes autoritarios, hacer un plan y revisarlo regularmente, 'Hazlo posible', estilo de los mensajes, teoría del cambio y codiseño.
En primer lugar, la información por sí sola no siempre asegurará un cambio de comportamiento masivo, advierten los autores. Pero sigue siendo importante y, lo que es más importante, el público necesita una orientación clara, específica y coherente sobre exactamente qué comportamientos deben adoptar para el distanciamiento social.
Los mensajes deben centrarse en la importancia de cómo el cambio de comportamiento protege a todos, incluidos los trabajadores más vulnerables, clave y seres queridos. Y debe incluir ejemplos concretos, imágenes potentes y las voces reales de quienes más necesitan protección.
Un enfoque único para todos no reconocerá el impacto de la edad, los ingresos y el origen étnico en los sacrificios necesarios para cumplir con las reglas de distanciamiento social, aconsejan los autores.
"Y los mensajes de 'Protéjase a sí mismo' tendrán un impacto general limitado entre el público en general porque muchos se consideran con bajo riesgo de graves consecuencias de la infección por covid-19 y es poco probable que se les persuada de otra manera", señalan.
El principio de "permanecer unidos" enfatiza la pertenencia a grupos, desde las familias hasta la nación, pero todos unidos por un sentido del deber, la solidaridad y la inclusión, independientemente del credo o la cultura.
Los mensajes deben provenir de pares de confianza, incluidas personas influyentes de redes sociales y celebridades, en lugar de aquellos considerados partidistas o interesados. Y vale la pena adaptarlos por edad, género, creencias culturales y geografía, sugieren los autores.
El principio "Esto es lo que somos" se basa en las reglas informales (normas sociales) que rigen la cultura y el comportamiento del grupo, pero los mensajes deben evitar centrarse en comportamientos indeseables, como "no compres con pánico" o "no rompas las reglas".
Los mensajes deben evitar invocar miedo o disgusto por el comportamiento de los demás y no adoptar un tono autoritario. "En algunos casos, los mensajes basados en la coerción y la autoridad pueden lograr grandes cambios a corto plazo, pero pueden ser difíciles de mantener a largo plazo", señalan los autores.
Los planes son importantes porque ayudan a las personas a anticipar lo que ayuda y dificulta comprometerse con el distanciamiento social, mientras que las zanahorias, como el apoyo financiero y de salud mental y la apertura de espacios verdes, son más efectivas que los palos, como el castigo y las multas.
Los mensajes deben comunicarse a través de campañas de medios de comunicación y redes sociales atractivas y diseñadas profesionalmente, enfocándose en lo positivo y la inclusión.
Y cada campaña debe considerarse como una intervención, con objetivos y alcances claramente definidos, informados por la evidencia y los principios del cambio de comportamiento. Y debe considerar el potencial de consecuencias no deseadas.
Y, por último, las intervenciones deben diseñarse y ponerse a prueba con miembros del público y evaluarse adecuadamente para que el aprendizaje se pueda tener en cuenta para el futuro, dicen los autores.