MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Cáncer Kimmel de Johns Hopkins (Estados Unidos) han conseguido frenar en ratones el crecimiento de las células cancerígenas humanas de próstata y páncreas trasplantadas, introduciendo células de médula ósea con una supresión genética específica para inducir una nueva respuesta inmunológica.
Los resultados, publicados en la revista 'Journal for ImmunoTherapy of Cancer', sugieren que esta técnica, un tipo de terapia celular adoptiva, podría dirigirse a tales cánceres en humanos, usando las células de la médula del propio paciente. "Basándose en estos estudios con ratones, este enfoque podría ofrecer un método único para activar el sistema inmunológico del paciente, incluyendo las células T, contra el cáncer", explica uno de los autores, Alan Friedman.
Investigaciones anteriores han evidenciado que los macrófagos y las células dendríticas, ambas cruciales para la respuesta inmunológica, tienen más probabilidades de ayudar a establecer una lucha inflamatoria cuando carecen del gen conocido como NF-kB p50, que codifica una transcripción. Los factores de transcripción son proteínas que ayudan a activar o desactivar genes específicos al unirse al ADN cercano.
Estudios anteriores también demostraron que el melanoma, el fibrosarcoma, el cáncer de colon y el cáncer cerebral glioblastoma crecen más lentamente en ratones que carecen del factor de transcripción. Se cree que el nuevo estudio es el primero en mostrar el mismo efecto de crecimiento más lento, en ratones que carecen de p50, para los cánceres de próstata y de conducto pancreático.
Para desarrollar y probar su técnica de terapia celular adoptiva, los investigadores primero cultivaron células mieloides inmaduras tomadas de la médula de ratones con deficiencia de p50 y las compararon con ratones que tenían el gen p50. Las células mieloides son una clase de células sanguíneas también conocidas como glóbulos blancos. Las células mieloides inmaduras, que incluyen macrófagos y precursores de células dendríticas, fueron elegidas porque estudios anteriores han confirmado que estas células en particular aumentan la probabilidad de activar una respuesta inmune antitumoral.
Después de inocular a ambos grupos de ratones con células cancerosas de la próstata o el páncreas humanos, los investigadores inyectaron las células mieloides inmaduras después de pretratar a los animales con un fármaco contra el cáncer muy utilizado, conocido como 5-fluorouracilo. Se sabe que ese medicamento causa una disminución del número de células sanguíneas mieloides normales en circulación, lo que reduce la competencia con las células inyectadas; apunta a las células mieloides de los tumores que suprimen la respuesta inmunitaria; y a veces libera antígenos que las células T reconocen, lo que hace que esas células inmunitarias ataquen los tumores.
Los investigadores descubrieron que la "transferencia adoptiva" de las células p50-negativas en combinación con una dosis de 5-fluorouracilo producía los mejores resultados. En comparación con lo que ocurrió en los ratones a los que se les dieron células con p50 intacto, los tumores crecieron al menos tres veces más lentamente en 13 de 14 (93%) de los cánceres de próstata y en ocho de 15 (53%) cánceres pancreáticos. El tratamiento también produjo lo que los investigadores llamaron una regresión "llamativa" del cáncer de páncreas en ratones que respondieron, con una reducción de hasta diez veces el tamaño del tumor, según los investigadores.