MADRID, 23 Dic. (EDIZIONES) -
Primero debemos llamar a la calma a la población. No hay nada demostrado al 100% sobre esta nueva variante encontrada del SARS-CoV-2 en Reino Unido, según los expertos. Además, hay que tener en cuenta que es normal que los virus muten y este nuevo coronavirus está actuando según el guión. Ya se esperaba que mutara, aunque no se sabía cómo, y de hecho ya lo ha hecho miles y miles de veces, aunque no nos lo hayan contado como hasta ahora.
Este lunes, el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) publicó un informe preliminar en el que avisaba de que la nueva variante de SARS-CoV-2 encontrada en Reino Unido es significativamente "más transmisible" que las anteriores. De hecho, según el organismo, tiene un potencial estimado para aumentar el número reproductivo (R) en un 0,4 o más (es decir, que puede infectar hasta un 0,4 veces más de personas), y una transmisibilidad aumentada estimada de hasta un 70 por ciento.
No obstante, la buena noticia es que la institución informa de que por ahora no hay indicios de una mayor gravedad de la infección asociada a esta nueva variante. Por ahora, además del Reino Unido, Dinamarca, Islandia y los Países Bajos han notificado algunos casos con la nueva variante y, según algunas noticias publicadas en medios de comunicación también se han hallado casos en Bélgica.
En una entrevista con Infosalus, Víctor J. Cid, catedrático del departamento de Microbiología y Parasitología, de la Facultad de Farmacia, de la Universidad Complutense de Madrid advierte de que el primer genoma que se detecta de esta nueva variante del SARS-CoV-2 fue a finales de septiembre, aunque Inglaterra informara de ello la semana pasada, cuando más de un millar de aislamientos secuenciados correspodían a esta nueva variante; por ello, ve previsible que se haya diseminado ya y sea cuestión de tiempo el notificar más casos de esta variante en otros países distintos a Reino Unido.
Pero, ¿por qué muta un virus? ¿Lo hacen con frecuencia? La investigadora del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) Sonia Zúñiga, que actualmente trabaja en uno de los proyectos españoles de vacuna contra la COVID-19, nos explica para poder entender todo que una mutación es un cambio en la secuencia (el código de letras, el "libro de instrucciones") de un genoma, y algo habitual en la vida de los virus.
Según indica, cualquier organismo, para sobrevivir, en el proceso de multiplicar su genoma (hacer copias de sí mismo), comete errores que pueden llevar a mutaciones (si estos "errores" se mantienen en la progenie): "Los virus mutan más o menos en función de su tipo, según señala, y en el caso de los coronavirus, esas frecuencias de mutación son menores, porque tienen un sistema de corrección de errores que permite que mantengan el tamaño tan grande de su genoma (de entre los más grandes conocidos en genomas de RNA)".
¿Qué suele suceder cuando un virus muta?, ¿se hace más virulento o por el contrario, no? La investigadora del Laboratorio de Coronavirus del CNB-CSIC afirma que "todo es posible" y "normalmente" se suelen atenuar por un proceso de adaptación al hospedador; si bien también advierte de que puede suceder que se hagan más virulentos, algo que hasta la fecha parece que no ha sido así con esta variante encontrada en Reino Unido.
De hecho, la experta del CNB-CSIC reconoce que ha perdido la cuenta del número de secuencias que se han registrado hasta el momento del SARS-CoV-2. "Es normal que, con tal cantidad de información, se encuentren mutaciones. Pero por el momento casi [V1] ninguna de ellas cambia las propiedades del virus", asegura.
Es más, destaca que apenas "prácticamente nada" ha variado la información sobre esta variante del SARS-CoV-2, "más allá de que se ha encontrado en una zona con un aumento de casos", pero según insiste, "ni siquiera está confirmado que sea más contagiosa". Además, resalta que "parece que no es más virulenta, pero al igual que su capacidad de contagio, se está estudiando en los laboratorios".
UN VIRUS QUE MUTA DESPACIO
Víctor J. Cid, también miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM) recala aquí que estaba previsto que el virus SARS-CoV-2 mutara a esta velocidad, "ya se esperaba", aunque recuerda que "muta muy despacio" si lo comparamos con otros virus como el del SIDA o de la gripe, y esta velocidad de mutación era "muy predecible".
"La mayor parte de errores que comete, las mutaciones, no son beneficiosas para él, son anecdóticas y no se seleccionan. Pero una de cada diez mil, pongamos, sí le pueden dar una ventaja y afectar a algunas proteínas importantes para su multiplicación", aclara, al mismo tiempo que subraya que se ha visto que la variante detectada en Inglaterra afecta a la espícula (las puntas de la corona del virus), a la 'proteína S', la más importante para el virus, porque es la 'llave' que emplea para entrar en las células que va a infectar, además de su principal antígeno.
"En esta variante inglesa hay varias mutaciones, cambios, que si la comparas con el SARS-CoV-2 de Wuhan afectan a la espícula, y donde cambian aminoácidos, zonas expuestas de la espícula. Como ésta reconoce la célula a infectar se teme, como se ha visto con otra mutación D614G [V2] , que invada mejor, algo que implicaría más transmisibilidad y más carga viral. Esto sí está demostrado con evidencias experimentales con la D614G, pero no aún con esta nueva variante inglesa", precisa.
Es más, señala que la única observación de los ingleses es que esta variante encontrada se ha extendido mucho y no se puede descartar que sea simplemente gracias a la existencia de 'supercontagiadores'. Pero, según cree, lo más lógico es que esta nueva variante se haya transmitido mejor, hasta un 70% mejor, algo que también conllevaría el desplazamiento de otras variantes del virus; "aunque como digo todavía no está demostrado", sostiene el microbiólogo.
Con esta variación, aunque todavía tampoco está demostrado, también podría suceder que el virus cambie sus preferencias y ahora se decante por otros tejidos del cuerpo. "En los casos graves, el SARS-CoV-2 invade el pulmón y causa la neumonía bilateral, pero en los casos leves, no llega al pulmón porque tiene afinidad por las mucosas de las vías respiratorias altas. Si esto cambia, o si fuera una mutación que despista a la inmunidad innata y fuera más virulenta, podría suceder que aumentara su virulencia. Pero hay que subrayar que no se ha visto en la mutación anterior de marzo (D614G, simplemente más contagiosa), ni en ésta tiene pinta de que ocurra", agrega.
Eso sí, resalta también que siempre cabe la posibilidad de que una nueva mutación como la inglesa afectara a la inmunogenicidad (capacidad de activar nuestro sistema inmunitario). "Las vacunas están hechas a partir de la espícula del virus de Wuhan. Entonces, dependiendo de cómo sean los cambios o mutaciones estos pueden afectar a zonas del virus que son antigénicas, lo que se conoce como 'epítopos'. En cualquier caso es improbable que esto sea un problema porque cuando generamos anticuerpos estos se dirigen a múltiples zonas de esa proteína, y en caso de que cambie una sola, aún nuestros anticuerpos pueden neutralizar al resto. Por tanto, la variación detectada del virus, por el momento, no parece un riesgo importante para la eficacia de las vacunas", asegura el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.
Por eso, ambos expertos insisten en que, todavía no hay nada demostrado experimentalmente sobre esta nueva variante y, lo que sí puede parecer por el momento es que simplemente puede ser más contagiosa, pero no más virulenta. "Como acaba de llegar al ser humano se tiene que adaptar según circula en la población y aunque muta lentamente se está transmitiendo mucho, porque también le estamos dando esa oportunidad. De hecho, no hay que olvidar que los otros coronavirus que circulan y causan catarros estacionales, probablemente en un momento de la Historia fueron como éste, y el que nos queda es un catarro, porque el virus se ha adaptado a nosotros", sentencia Víctor J.Cid.