MADRID 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han identificado una relación entre el estrés, la inflamación y el adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC), uno de los tipos de cáncer más agresivos y letales. Los hallazgos podrían servir como un sistema de alerta temprana para la enfermedad, permitiendo la detección del PDAC antes de que se convierta en una amenaza para la vida.
Estudios previos han demostrado que la inflamación y el estrés celular activan una proteína llamada STAT3 (transductor de señales y activador de la transcripción 3) en las células pancreáticas, lo que promueve la iniciación tumoral, la adaptación al estrés y la resistencia al tratamiento. Hasta ahora, se desconocía cómo STAT3 logra esto.
En el estudio actual, los investigadores descubrieron que, en algunas células cancerosas, STAT3 puede activar genes específicos cruciales para la adaptación al estrés y la inflamación. De esta forma, encontraron: En presencia de proteínas inflamatorias y estrés inducido por bajos niveles de oxígeno, STAT3 activó un gen llamado Integrina beta3 ( ITGB3 ) en células de páncreas de ratón y humano. Asimismo, la expresión de ITGB3 promovió la iniciación y aceleró la progresión de los tumores PDAC.
Por otra parte, la inflamación y el estrés celular causados por la quimioterapia también activaron STAT3, aumentando la expresión de ITGB3 en las células PDAC. El bloqueo de la vía inflamatoria STAT3 que regula ITGB3 retrasó la iniciación del tumor. En concreto, se observó que STAT3 induce la expresión de 10 genes, incluido ITGB3, que representan una firma genética que los investigadores denominaron "STRESS" y que predice el resultado del cáncer de páncreas.
En comparación con las firmas genéticas existentes, la firma STRESS no sólo predijo mejor si las células posteriormente se convertirían en cáncer de páncreas en toda su extensión, sino que también predijo el estado agresivo del tumor.
Los investigadores creen que los hallazgos pueden aplicarse a la medicina de precisión, desarrollando herramientas de detección temprana que reconozcan las células precancerosas. También podría ayudar a los médicos a identificar qué pacientes tienen mayor probabilidad de desarrollar cánceres agresivos y cuáles responderán mejor al tratamiento tradicional del cáncer de páncreas a medida que la enfermedad progresa a etapas más avanzadas, según el autor principal del estudio, el doctor David Cheresh, profesor distinguido y vicepresidente de investigación y desarrollo del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la UC San Diego y miembro del Centro Oncológico Moores de la misma universidad.
También están comenzando a explorar moléculas que bloquean la inflamación y evitan que active ITGB3 en el cáncer de páncreas, así como en otros cánceres que afectan la superficie de los tejidos, incluidos los de pulmón, mama y piel, para evitar que los tumores progresen, se propaguen y se vuelvan resistentes a las terapias farmacológicas.