MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El cerebro de los individuos obesos, a diferencia del de los delgados, podría estar constantemente generando señales que empujen a comer, incluso cuando el organismo no necesita una cantidad adicional de energía, según un estudio de la University of Turku y la Aalto University, en Finlandia, publicado en 'PLoS ONE'.
En la mayoría de los países occidentales, el incremento anual de la prevalencia y gravedad de la obesidad es sustancial en la actualidad. Aunque la obesidad suele ser el resultado de una excesiva ingesta de energía, aún está por aclarar por qué algunas personas son propensas a ganar más peso que otras.
Dado que el sistema nervioso central está íntimamente relacionado en el proceso de las señales de hambre y el control de la ingesta de comida, es posible que el motivo de que una persona gane peso y sufra obesidad podría estar en el cerebro.
Para comprobarlo, investigadores de la University of Turku y la Aalto University han medido el funcionamiento de los circuitos del cerebro implicados en este proceso utilizando diversos métodos de imagen cerebral en individuos con obesidad mórbida y en sujetos delgados, miembros del grupo de control.
El resultado ha revelado que en personas obesas, a diferencia de los individuos sanos, el metabolismo cerebral de la glucosa era significativamente mayor en las regiones estriatales del cerebro, implicadas en el proceso de las recompensas.
Además, el sistema de recompensa de los individuos obesos respondía más enérgicamente ante imágenes de comida, mientras que las respuestas en las regiones corticales frontales implicadas en el control cognitivo estaban apagadas.
Según el profesor de la University of Turku Lauri Nummenmaa, "los resultados sugieren que el cerebro de los individuos obeso podría estar constantemente generando señales que promuevan comer, incluso cuando el organismo no requiere una ingesta adicional de energía".
"Los resultados subrayan el papel del cerebro en la obesidad y la ganancia de peso. Los resultados tienen importantes implicaciones en los actuales modelos de obesidad, pero también en el desarrollo de tratamientos farmacológicos y psicológicos contra la obesidad", asevera.