MADRID, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid está investigando el origen de dos posibles casos de fiebre hemorrágica, un hombre que falleció la pasada semana y una enfermera que le atendió mientras estuvo ingresado en la UCI del Hospital Infanta Leonor, y que actualmente permanece ingresada en la misma unidad.
Esta enfermedad cursa con fiebre alta y trastornos hemorrágicos y puede estar causada por virus pertenecientes a diferentes familias, como arenavirus, filovirus (entre ellos el ébola), bunyavirus, togavirus y flavivirus (como el causante del dengue o la fiebre amarilla).
La supervivencia de estos virus depende de un animal o un insecto que actúa como hospedador y vector y que constituyen su reservorio natural, que dependiendo del virus pueden ser mosquitos, garrapatas o algún roedor, según informa en su web el Instituto de Salud Carlos III.
En los dos posibles casos de Madrid, el paciente ya fallecido refirió haberse detectado una garrapata tras dar un paseo por el campo en la Comunidad de Castilla-León, si bien se han remitido muestras de ambos pacientes al Centro Nacional de Microbiología.
¿CÓMO SE CONTAGIAN LAS FIEBRES HEMORRÁGICAS VIRALES?
Estas patologías se consideran una zoonosis ya que los virus, en su ciclo natural, se multiplican en un animal reservorio o en un artrópodo que actúa como vector. Algunos de ellos utilizan diferentes roedores, domésticos o silvestres, como reservorios. En estos casos, la infección se produce esencialmente por contacto con las secreciones y excreciones de los animales infectados.
En otras ocasiones es la picadura de una garrapata o de un mosquito la que transmite la infección al hombre.
En algunos de estos virus (Ebola, Marburg, Lassa y Crimea-Congo) se ha descrito también la transmisión directa persona a persona. Este tipo de transmisión secundaria puede ocurrir por contacto directo con el enfermo o con sus fluidos biológicos o indirectamente por contagio a través de objetos contaminados.
¿DÓNDE HAY CASOS DE FIEBRE HEMORRÁGICA VIRAL?
Prácticamente en cualquier lugar del mundo circulan virus capaces de producir una fiebre hemorrágica. La distribución de cada virus, sin embargo, está restringida al área geográfica en la que están presentes sus especies hospedadoras y, en gran medida, su impacto en la salud depende también de otros factores como las instalaciones higiénico sanitarias disponibles en cada región y el hábitat rural o urbano de sus poblaciones.
En Europa oriental, los virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y los hantavirus causantes de la fiebre hemorrágica con síndrome renal; y en Europa Central y del Norte, los hantavirus causantes de la nefropatía epidémica.
En África, circulan los virus causantes de la enfermedad de Chikingunya, de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, del dengue, de la fiebre amarilla, de la fiebre del valle del Rift, de Lassa y los de las fiebres hemorrágicas de ébola y de Marburg.
En el Oriente Medio, los virus responsables de la enfermedad de Chikingunya, de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, del dengue, de la fiebre hemorrágica con síndrome renal, de la fiebre del valle del Rift y de la fiebre hemorrágica de Omsk.
En el Sudeste asiático, Ckikingunya, dengue y fiebre hemorrágica con síndrome renal, mientras que en Australia también están presentes los virus del dengue.
En América Central y del Sur se encuentran los virus del dengue, la fiebre amarilla y las fiebres hemorrágicas por arenavirus del nuevo mundo.
¿PUEDE DARSE UN CASO DE FIEBRE HEMORRÁGICA EN ESPAÑA?
El Carlos III reconoce que la entrada de uno de estos virus en España era "impensable hace algún tiempo" pero actualmente existe un riesgo "cotidiano" que requiere una "especial atención y vigilancia".
El aumento en la velocidad y en la frecuencia de los viajes internacionales facilita la llegada de personas que, aunque aparentemente sanas, pueden estar incubando peligrosas infecciones, entre ellas los virus que causan fiebre hemorrágica.
Existe, además, el riesgo constante, aunque bajo, de importar tanto el reservorio como el vector, particularmente para las enfermedades transmitidas por mosquitos y roedores, sobre todo si se tiene en cuenta que España ha padecido en el pasado brotes de fiebre amarilla y que en Europa circulan de manera natural los virus causantes de la fiebre hemorrágica con síndrome renal, el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y otros virus también transmitidos por artrópodos o roedores.
¿EXISTEN RIESGOS PARA EL RESTO DE LA POBLACIÓN?
Ante un caso importado, debe tenerse en cuenta que, para estos virus y salvo excepciones, no está descrita la transmisión directa entre humanos, por lo que el mayor riesgo de infección secundaria se debe centrar en la posible transmisión por inoculación accidental tras pinchazo con una aguja infectada o por contaminación de heridas o mucosas con sangre o fluidos corporales infectados.
No obstante, algunos virus, como Lassa, Crimea-Congo o ébola, pueden transmitirse además por inhalación de aerosoles infecciosos, un hecho que deberá tenerse también en cuenta para evitar la transmisión nosocomial y para identificar a los contactos que puedan estar infectados.
En cualquier caso, señala el Carlos III, no se puede sostener la idea inicial de que las fiebres hemorrágicas son enfermedades altamente contagiosas entre humanos y tan sólo deben considerarse potencialmente contagiosas las secreciones y excreciones corporales, la sangre, el semen y las muestras de tejidos de los pacientes infectados.
Las personas con mayor riesgo de infección secundaria son las que están en un contacto más estrecho con las personas infectadas, aportándoles cuidados médicos o de enfermería, y los trabajadores de laboratorio que manejan su sangre, sus tejidos u otras muestras.