El fisioterapeuta Jesús Serrano, defensor del calzado barefoot, explica cómo conseguir niños felices con pies sanos

Archivo - Niño jugando en el sofá de su casa
Archivo - Niño jugando en el sofá de su casa - OZGURDONMAZ/ ISTOCK - Archivo
Actualizado: martes, 5 noviembre 2024 11:43

   MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Es una "creencia errónea" el que no debamos ir con los pies descalzos. Lo mejor para gozar de unos pies sanos es llevarlos el máximo tiempo posible descalzos, a juicio del licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y fisioterapeuta, así como experto en calzado barefoot, Jesús Serrano.

   Durante una entrevista con Europa Press Infosalus considera este especialista, que acaba de publicar 'La salud a tus pies' (Harper Collins), que entre los puntos a tener en cuenta para cuidar de la salud de los pies de nuestros pequeños se encontraría el dejarlos descalzos el mayor tiempo posible.

   Cuando empiezan a caminar, según explica este padre de seis hijos, lo idóneo es que empleen zapatos barefoot de primeros pasos, "que son finitos, flexibles, anchos", y con los que sienten el terreno; pero también es importante en su opinión el que lo utilicen lo mínimo posible esos zapatos con forma de pie, es decir, que vayan lo máximo posible descalzos.

    "A su vez, intentar que en cualquier sitio seguro (playa, campo, casa, parque) estén descalzos, sin zapatillas, que trepen, que repten, que escalen, montarles en casa juegos de trepar, de cuerdas. En casa no son necesarias las zapatillas de andar por casa. Todo el movimiento debe ser lo más estimulante posible en casa, pero también fuera de ella; y siempre que sea posible descalzos. Creo que los parques infantiles deberían estar llenos de niños descalzos", defiende este fisioterapeuta.

   Y es que, tal y como considera Serrano, se debe asegurar durante todo su crecimiento el que vayan descalzos lo máximo posible: "Los huesos de los niños son casi todo cartílago. Los huesos se van formando y es súper importante a estas edades que se consoliden rectos. Si en un año les ponemos un zapato a la moda, con una puntera estrecha, por ejemplo, si ese hueso crece torcido le fabricas las bases de un juanete con sólo un año de vida".

CUANDO LOS ZAPATOS LES VAN PEQUEÑOS

   Pero por otro lado advierte este especialista que hay que vigilar mucho el que los zapatos se adecúen en tamaño y en forma al pie de los menores, e ir controlando el crecimiento del pie.

    "Si al inicio del colegio empiezan con una talla 20, pero pueden terminar el curso con un 22, y si se mantienen los mismos zapatos terminar con los dedos en garra, porque sus dedos no caben. Como es un proceso progresivo al niño no le duelen, no es consciente. Pero se generan crecimientos de huesos en la dirección equivocada en los primeros años de colegio, cuando es una etapa en la que su pie está en formación", advierte; recordando que las punteras estrechas de las zapatillas y las tallas pequeñas hacen que los dedos se apiñen y encojan.

   Aconseja a la hora de escoger un zapato u otro que estos sean barefoot. "Si van siempre descalzos y con calzado barefoot, creedme que tendrán menos problemas", destaca este licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y fisioterapeuta.

¿PUEDEN SEPARAR LOS DEDOS DE LOS PIES?

    Resalta que, si nuestros hijos andan con calzado no anatómico, si los descalzamos lo más llamativo será la alineación y la capacidad para separar los dedos: "¿Pueden separar los dedos, especialmente el dedo gordo? Ya en edades tempranas empezamos a observar la característica desviación del 'hallux' o dedo gordo, hacia el segundo dedo. Un primer grado preocupante es esta desviación, pero un segundo nivel de alarma es que haya perdido esa capacidad de abrir el dedo gordo. Esta función no se debe perder si queremos garantizar una salud integral del pie. Y ya hay niños de siete u ocho años que la han perdido".

   Por otro lado, remarca que otro punto a tener en cuenta sobre la salud del pie de los menores es el puente porque, aunque todos los bebes nacen con el pie plano, y este arco se va formando con el paso del tiempo, su evolución dependerá de la estimulación que se les dé.

    "Un pie plano suele ir más asociado a un calcáneo valgo o talón inclinado hacia afuera; y son pies vagos, faltos de fuerza, de tono. Por eso son pies que necesitan mucho entrenamiento", resalta Jesús Serrano.