Experimentar un trauma en la infancia, asociado a dolores de cabeza de adulto

Archivo - Dolor de cabeza, ictus, tensión.
Archivo - Dolor de cabeza, ictus, tensión. - PORNPAK KHUNATORN/ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 26 octubre 2023 7:29

MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

Las personas que han experimentado sucesos traumáticos en la infancia como abusos, negligencia o disfunción doméstica pueden ser más propensas a experimentar trastornos de cefalea en la edad adulta, según un meta-análisis publicado online en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología. Esta investigación no prueba que tales experiencias causen dolores de cabeza sino que sólo muestra una asociación, precisan sus autores.

"Los acontecimientos traumáticos en la infancia pueden tener graves consecuencias para la salud en etapas posteriores de la vida", recuerda la autora del estudio, la doctora Catherine Kreatsoulas, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

"Nuestro metaanálisis confirma que los acontecimientos traumáticos de la infancia son factores de riesgo importantes para los trastornos de cefalea en la edad adulta, incluidas la migraña, las cefaleas tensionales, las cefaleas en racimo y las cefaleas crónicas o graves --asegura--. Se trata de un factor de riesgo que no podemos ignorar".

El metaanálisis incluyó 28 estudios, con 154.739 participantes de 19 países. Del total de participantes, 48.625 personas, es decir, el 31%, informaron de al menos un acontecimiento traumático en la infancia, y 24.956 personas, es decir, el 16%, fueron diagnosticadas de cefaleas primarias.

Entre los participantes con al menos un acontecimiento traumático en la infancia, al 26% se le diagnosticó un trastorno primario de cefalea, en comparación con el 12% de los participantes que no tuvieron ningún acontecimiento traumático en la infancia.

Los investigadores descubrieron que las personas que habían sufrido uno o más acontecimientos traumáticos en la infancia tenían un 48% más de probabilidades de padecer trastornos de cefalea que las que no habían sufrido tales acontecimientos traumáticos.

También encontraron que, a medida que aumentaba el número de acontecimientos traumáticos en la infancia, también aumentaban las probabilidades de padecer cefaleas.

En comparación con las personas que no habían sufrido traumas infantiles, las personas que habían sufrido un tipo de acontecimiento traumático tenían un 24% más de riesgo de padecer un trastorno de cefalea, mientras que las personas que habían sufrido cuatro o más tipos de acontecimientos traumáticos tenían más del doble de probabilidades de padecer un trastorno de cefalea.

Los investigadores también analizaron la relación entre los tipos de sucesos traumáticos de la infancia. Los sucesos categorizados como traumas por amenaza incluían el maltrato físico, el abuso sexual, el abuso emocional, presenciar y/o amenazar con violencia, o conflictos familiares graves.

Los sucesos categorizados como traumas de privación incluían el abandono, las adversidades económicas, tener un miembro del hogar encarcelado, el divorcio o la separación, la muerte de los padres y vivir en un hogar con enfermedad mental, discapacidad o enfermedad crónica, o abuso de alcohol o sustancias.

Hallaron que los traumas por amenaza estaban relacionados con un aumento del 46% de los dolores de cabeza y los traumas por privación con un aumento del 35%. Entre los principales tipos de traumas por amenaza, sufrir abusos físicos y sexuales se relacionaba con un aumento del 60% del riesgo de padecer cefaleas; entre los traumas por privación, quienes sufrieron abandono en la infancia tenían un riesgo casi tres veces mayor de padecer cefaleas.

"Este metaanálisis pone de relieve que los acontecimientos traumáticos de la infancia clasificados como traumas de amenaza o de privación son factores de riesgo importantes e independientes de los trastornos de cefalea en la edad adulta", afirma Kreatsoulas.

"Identificar los tipos específicos de experiencias infantiles puede ayudar a orientar las estrategias de prevención y tratamiento de uno de los principales trastornos discapacitantes en todo el mundo --asegura--. Se necesita un plan integral de salud pública y estrategias de intervención clínica para abordar estos acontecimientos traumáticos subyacentes de la infancia".

Y advierte de que "la estimación real de la asociación es probablemente más alta debido a la naturaleza sensible de informar sobre los eventos traumáticos de la infancia".