MADRID, 30 Abr. (EDIZIONES) -
Se llama joroba, giba, o chepa al aumento de la curvatura de la columna vertebral dorsal hasta niveles patológicos. Desde la terminología médica se le denomina 'cifosis' y es una afección bastante frecuente, para la que hoy existen diversos tratamientos, siempre en función de cuál sea su etiología.
Las causas son variadas, siendo las más frecuentes las posturales y las osteoporóticas, según asegura en una entrevista con Infosalus el doctor Guijarro Galiano, jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital La Luz de Madrid, quien añade que las primeras las vemos con más frecuencia en mujeres adolescentes y en ancianas, y se deben principalmente a debilidad muscular; mientras, las osteoporóticas son causadas por aplastamientos de las vértebras y ocurren en la mujer postmenopáusica por mínimos traumatismos.
Así, este especialista en cirugía de la columna vertebral afirma que la aparición de la cifosis depende de diferentes causas, entre las que menciona:
1.- Enfermedad de Scheuermann: Las vértebras se acuñan en su parte anterior, lo que produce un encorvamiento de la columna exagerado. Se manifiesta en la adolescencia, y tiene una mayor incidencia en el varón.
2.- Cifosis postural: Se ocasiona por un desequilibrio o debilidad muscular o por malas posturas. Ocurre tanto en la adolescencia, como en la vejez. Y suelen ser más frecuentes en mujeres. "En ocasiones se tienen malas posturas, que obligan a nuestra columna vertebral a mantenerse doblada o en cifosis. Si este hábito se realiza continuamente, y si a esto le añadimos una insuficiencia muscular de los músculos de la espalda, en nuestra columna aparecerá una joroba", avanza el traumatólogo.
3.- Cifosis congénitas: Se deben a una mala formación de las vértebras dorsales desde el nacimiento. Ocurren en la infancia, con igual incidencia en el hombre y la mujer.
4.- Cifosis postraumáticas: Sucede cuando se fractura o se produce un aplastamiento de una o varias vertebras dorsales. Generalmente es más frecuente en la mujer postmenopáusica debido a la osteoporosis.
5.- Cifosis nutricionales, e infecciosas: En nuestro medio ya es raro verlas, y tiene lugar por déficits nutricionales como el raquitismo, o por infecciones vertebrales como la tuberculosis u otras infecciones.
6.- Cifosis por enfermedades reumáticas.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA OLVIDARNOS DE LA GIBA?
Con todo ello, el jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital La Luz de Madrid sostiene que, dado que las causas son muy variadas, las soluciones dependerán del origen de las mismas.
Por ejemplo, apunta que en la cifosis postural se recomienda la reeducación postural y la fisioterapia para fortalecer la musculatura paravertebral. "Tratamos de evitar corsés o fajas, ya que éstas mejoran nuestra postura pero debilitan nuestros músculos", remarca el experto en columna vertebral.
Mientras, en las cifosis por defectos vertebrales, como la Enfermedad de Scheuermann o la cifosis congénita, se emplean corsés, fisioterapia, y en ocasiones cirugía si el grado de curva es elevado.
En las cifosis traumáticas, y si el aplastamiento es importante, de más del 50% de la vértebra, generalmente se opta por un tratamiento quirúrgico, ya sea por cirugía abierta colocando tornillos y barras para que sujeten nuestra columna, o bien de forma mínima invasiva, colocando cemento dentro de la vertebral y tratando de expandir la misma, según precisa el especialista.
Si la chepa está ocasionada por un aumento de rotación de la columna dorsal, lo que se llama 'cifoescoliosis', y sobresale mucho la escápula o paletilla, el doctor Guijarro Galiano precisa que, en ocasiones, para realizar la corrección de esta deformidad de la columna se hacen extirpaciones parciales de la escápula para mejorar el aspecto estético de la espalda.
Como resumen, el traumatólogo del Hospital La Luz de Madrid mantiene que se puede tratar la joroba o cifosis con los siguientes tratamientos: Fisioterapia; corsés; cirugía, que dependerá del tipo de cifosis y de la edad del paciente, y que podrá ser 'abierta', a partir de tornillos y barras que corrigen la deformidad y la mantienen, o bien 'mínima invasiva', donde se colocará un cemento dentro de las vértebras para expandirlas; tratamientos médicos, que van desde vitaminas en aquellos casos de cifosis nutricionales, o bien antibióticos en los casos de cifosis infecciosas.