MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Yale (Estados Unidos) han revelado nuevos datos sobre la leptina, una hormona que desempeña un papel clave en el apetito, la sobrealimentación y la obesidad. Secretada por las células de grasa, informa al cerebro cuando el 'combustible' almacenado en la grasa corporal y en el hígado se está agotando.
Hasta ahora, no se sabía cómo las bajas concentraciones de leptina en el plasma, el componente más grande de la sangre, aumentan el apetito. En este estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', los investigadores descubrieron que los mecanismos por los cuales las reducciones en las concentraciones de leptina en plasma estimulan la ingesta de alimentos no se limitan al cerebro, como se pensaba anteriormente.
Según sus hallazgos, en los roedores el ayuno activa primero los receptores de leptina en el cerebro, seguido de un paso intermedio que involucra al sistema endocrino. Este sistema incluye las glándulas pituitaria y suprarrenal, que secretan otra hormona, la corticosterona, que regula la energía, las respuestas al estrés y la ingesta de alimentos.
El equipo de investigación ha evidenciado que esta cadena de eventos es necesaria para que la leptina estimule el hambre cuando los alimentos están restringidos, o cuando la diabetes está mal controlada y las concentraciones de leptina plasmática caen por debajo de un umbral crítico.
En experimentos posteriores, los investigadores también han mostrado que la corticosterona en plasma activa las neuronas AgRP, lo que aumenta el hambre cuando los niveles de leptina o de azúcar en sangre son bajos. En los humanos, la leptina y el azúcar en la sangre disminuyen cuando la gente hace dieta.