MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por el Instituto de Investigación y Educación D'Or, en asociación con la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) y otras instituciones brasileñas, ha demostrado que parte de las complicaciones neuronales causadas por el virus del Zika podrían estar relacionadas con su daño en los astrocitos, lo que también contribuiría a la aparición de malformaciones cerebrales.
Estudios anteriores sobre el daño del virus Zika en el cerebro ya habían señalado la predilección del virus por una cierta célula neuronal: el astrocito. Sin embargo, pocos estudios se han propuesto identificar los efectos de la infección en estas células, así como su asociación con alteraciones del desarrollo, incluyendo malformaciones cerebrales y microcefalia. Esta nueva investigación, publicada en la revista 'Scientific Reports', buscaba desentrañar las reacciones del virus en los astrocitos creados en laboratorio, comparándolos con las mismas células presentes en el tejido cerebral de los animales y fetos infectados con Zika.
Marcados por su estructura de punta ramificada y su gran abundancia en el tejido cerebral humano, los astrocitos reciben el nombre de la palabra griega que significa estrellas. Tienen un papel fundamental en las funciones cognitivas, ya que proporciona apoyo metabólico a las células neuronales, participa en la formación de sinapsis y también compone la barrera hematoencefálica, una estructura que selecciona la entrada de sustancias en el cerebro, protegiéndolo de las toxinas nocivas.
En este trabajo, los investigadores descubrieron los cambios que esta infección viral causa en las células neurales en desarrollo, así como sus consecuencias para el desarrollo del cerebro. "La literatura científica ya había identificado el ataque de Zika a los astrocitos, pero hasta ahora ningún estudio se había centrado en comprender cómo afecta a su funcionamiento", explica una de las líderes del estudio, Karina Karmirian. Entre los daños que el virus causa a estas células están la sobrecarga de sus mitocondrias, la ruptura del ADN y el estrés oxidativo, siendo este último un trastorno común del envejecimiento prematuro, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.
Los científicos crearon por separado 3 tipos de células que están presentes en el cerebro fetal: astrocitos, neuronas y células madre neuronales. Cuando se infectaron con el virus, los daños más severos se comprobaron en los astrocitos, cuyos orgánulos responsables de la respiración celular (las mitocondrias) comenzaron a producir excesivamente radicales libres, generando estrés oxidativo y cambios en su morfología. Además del alto porcentaje de muerte celular, muchos astrocitos supervivientes también revelaron núcleos celulares reducidos e irregulares después de la infección.
La investigación también analizó materiales sobre los tejidos cerebrales de fetos que no sobrevivieron a la infección. Los científicos han identificado mayores signos de inflamación en los astrocitos fetales, confirmando la relevancia de estas células en el patrón de ataque del virus. El mismo perfil inflamatorio fue identificado en estudios con animales: los ratones infectados con el virus Zika también revelaron una mayor vulnerabilidad en sus astrocitos, en comparación con las neuronas. Las células microgliales (que, como los astrocitos, son responsables del soporte de las neuronas) también se infectaron notablemente durante el proceso.