MADRID, 25 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de la Charité - Universittsmedizin Berlin (Alemania) ha analizado las muestras de PCR de más de 25.000 personas con COVID-19, determinando las cargas virales de cada muestra individual y utilizando sus resultados para estimar los niveles de infecciosidad.
La investigación, que se ha publicado en la revista 'Science', proporciona una idea clara de la infecciosidad de la enfermedad en diferentes grupos de edad y en diferentes niveles de gravedad de la enfermedad. También aporta nuevos conocimientos sobre la variante B.1.1.7, también conocida como 'británica'.
Según el número de reproducción (R 0), una persona infectada por el SRAS-CoV-2 transmitirá su infección, por término medio, a otras tres o cinco personas. Aunque es una métrica útil en un entorno epidemiológico, el 'R 0' no se presta a estimar el riesgo de transmisión a nivel individual o de grupo. Una vez que se eliminan los factores sociales y ambientales normales de la ecuación, los individuos pueden diferir notablemente en cuanto a su infecciosidad y al tiempo durante el cual eliminan activamente el virus.
Los investigadores no registraron diferencias notables en los niveles de carga viral entre los individuos seropositivos al SRAS-CoV-2 con edades comprendidas entre los 20 y los 65 años, y la muestra media de frotis faríngeo contenía aproximadamente 2,5 millones de copias del genoma del SRAS-CoV-2.
Las cargas virales más bajas se encontraron en los niños muy pequeños (de 0 a 5 años). Los niveles comenzaban en aproximadamente 800.000 copias del genoma viral, aumentaban con la edad y se acercaban a los niveles de los adultos en los niños mayores y los adolescentes.
"Aunque estas cifras parecen muy diferentes a primera vista, es crucial recordar que los resultados de la carga viral se muestran en una escala logarítmica. Las diferencias en las cargas virales encontradas en los niños más pequeños están, de hecho, apenas por debajo del umbral en el que normalmente las consideraríamos clínicamente relevantes. Es fundamental entender también cómo llegamos a estos valores y tenerlo en cuenta a la hora de interpretarlos", explican los autores.
Al comparar los picos de carga viral en las muestras de laboratorio, los investigadores estimaron que los niveles de infectividad en los niños más pequeños (de 0 a 5 años) se situaban aproximadamente en el 80 por ciento de los encontrados en los adultos. Al igual que en el caso anterior, se comprobó que los valores de los niños en edad escolar y los adolescentes se acercaban a los de los adultos. "Esto demuestra que las cargas virales no son directamente proporcionales a la infectividad y no pueden convertirse directamente", detallan.
Aproximadamente el 9 por ciento de los casos de COVID-19 analizados mostraron cargas virales extremadamente altas, de mil millones de copias por muestra o más. Más de un tercio de estos individuos potencialmente muy infecciosos no presentaban síntomas o solo presentaban síntomas leves.
En las muestras recogidas de individuos infectados con la variante B.1.1.7, la carga viral media se multiplicó por diez, mientras que las estimaciones de infectividad basadas en el laboratorio se multiplicaron por 2,6. Para llegar a estos datos, los investigadores tomaron los datos de carga viral de aproximadamente 1.500 casos infectados con la variante B.1.1.7 y los compararon con los datos de aproximadamente 1.000 personas infectadas con otras variantes que se habían sometido a pruebas en los mismos centros de análisis, departamentos ambulatorios y salas clínicas más o menos al mismo tiempo.