MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de la Universidad de Juntendo (Japón) ha llevado a cabo un estudio, publicado en 'Frontiers in Physiology', que demuestra que es difícil aumentar la densidad mineral ósea (DMO) una vez que disminuye, por lo que "es importante aumentar la masa ósea máxima durante la adolescencia para mantener la DMO en la vejez".
"Nuestro estudio arroja luz sobre la importancia del ejercicio en la adolescencia para la prevención de la osteoporosis y aporta pruebas científicas para establecer medidas preventivas tempranas contra la osteoporosis en el futuro", ha explicado Hiroki Tabata, del Centro de Sportología de la Universidad de Juntendo.
La pérdida de densidad mineral ósea (DMO) con la edad es una causa importante de osteoporosis (deterioro del tejido óseo), que se ha señalado como una de las principales causas de caídas entre los adultos mayores en Japón. Esto provoca fracturas que requieren cuidados a largo plazo. Así pues, la prevención de la osteoporosis en la población de edad avanzada puede ayudar a disminuir sustancialmente la carga de la enfermedad y los costes sanitarios.
Los hábitos de vida tempranos pueden influir en gran medida en la salud y la aparición de enfermedades en la vejez. En este sentido, las actividades físicas realizadas durante la adolescencia pueden contribuir en gran medida a preservar la salud a largo plazo. Estos efectos pueden atribuirse en gran medida a la ganancia de masa ósea, que alcanza su máximo durante la veintena y posteriormente empieza a disminuir con la edad.
En particular, los estudios han demostrado que un aumento del 10 por ciento de la masa ósea máxima durante la adolescencia puede retrasar la osteoporosis hasta 13 años. Sin embargo, se desconoce qué tipo de actividades deportivas practicadas durante la secundaria y el bachillerato tienen un efecto positivo en la DMO y la salud ósea de los adultos mayores.
Para colmar esta laguna, este equipo de investigadores examinó recientemente la relación entre el tipo de deporte practicado durante la adolescencia, junto con las características específicas de cada individuo, y la DMO en la vejez.
En el estudio participaron 1.596 adultos mayores de entre 65 y 84 años, pertenecientes al Bunkyo Health Study, residentes en Bunkyo-Ku, una zona urbana de Tokio (Japón). Los investigadores evaluaron su forma física, los niveles de biomarcadores en sangre, incluida la vitamina D, y la DMO de las regiones del cuello femoral (región superior del fémur) y la columna lumbar (región inferior de la columna vertebral) mediante absorciometría de rayos X de doble energía.
Además, se entrevistó a los sujetos para evaluar su participación en actividades deportivas durante la adolescencia. También se registraron para el análisis otros parámetros, como las comorbilidades, los hábitos de vida, los antecedentes médicos y el estado actual de la medicación.
Los investigadores observaron que, si bien los valores de DMO del cuello femoral y la columna lumbar se situaban en el rango normal para los hombres, las mujeres presentaban valores más bajos para ellos, y un mayor número tomaba medicación contra la osteoporosis.
Por el contrario, la diabetes, la actividad física, el tabaquismo actual y el consumo de alcohol eran significativamente mayores en los hombres. Las actividades deportivas más comunes entre los adolescentes fueron el béisbol/softbol, el baloncesto, el judo, el tenis de mesa, el tenis, el voleibol y la natación.
BALONCESTO, NATACIÓN Y VOLEIBOL, EJEMPLOS PARA AUMENTAR LA DMO
El estudio halló que el baloncesto se asociaba con una DMO femoral significativamente alta en hombres y mujeres mayores. Además, se observó que el peso corporal y los niveles séricos de vitamina D influían en la DMO femoral. Por el contrario, las mujeres que practicaban voleibol y natación tenían una DMO lumbar más elevada. Sin embargo, el tipo de deporte no se asoció con la DMO de la columna lumbar en los hombres mayores. En particular, se observó que el peso corporal, la vitamina D sérica y la presencia de diabetes influían en la DMO de la columna lumbar.
COMPROBARON QUE EL DEPORTE EN LA ADOLESCENCIA MEJORA LA DMO
En general, estos resultados sugieren que los adultos mayores que practicaron actividades deportivas de alto impacto en su adolescencia experimentan una mejora de la DMO y de la salud ósea en su vejez. Además, los investigadores subrayan que los beneficios para la DMO no se limitan a los atletas, sino que se extienden a la población general que practicó actividades físicas en la escuela secundaria y el instituto.
Una actividad deportiva temprana, practicada una vez como pasatiempo, puede muy bien sentar las bases de unos huesos sanos para toda la vida. Teniendo en cuenta el impacto a largo plazo en la salud de los adultos mayores, las actividades deportivas de alto impacto que estimulan el crecimiento óseo deberían fomentarse en las escuelas de secundaria y bachillerato.