MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) ha desmentido que el consumo regular de alcohol contribuya de alguna forma a la reducción del volumen cerebral. Según sus hallazgos, en cambio, un menor volumen cerebral en regiones específicas puede predisponer genéticamente a ingerir más alcohol.
El estudio, publicado en la revista 'Biological Psychiatry', se basa en datos longitudinales y familiares de tres estudios independientes de imágenes cerebrales, que incluyen la comparación de los comportamientos de consumo de alcohol en gemelos y no gemelos; investigación longitudinal en niños que nunca estuvieron expuestos al alcohol al inicio del estudio; y análisis de expresión génica usando tejido cerebral 'postmortem'.
Los investigadores utilizaron datos del Duke Neurogenetics Study, el Human Connectome Project y el Teen Alcohol Outcomes Study para confirmar que un mayor consumo de alcohol está asociado con un menor volumen de materia gris en dos regiones del cerebro, la corteza prefrontal dorsolateral y la ínsula, que son importantes en las emociones, la memoria, la recompensa, el control cognitivo y la toma de decisiones.
Los análisis de imágenes cerebrales y datos familiares que abarcan desde la infancia hasta la edad adulta revelaron reducciones genéticas en el volumen de materia gris en la corteza frontal y la ínsula, que a su vez predijeron el consumo futuro de alcohol, incluyendo la iniciación del consumo de alcohol en la adolescencia y el consumo futuro de alcohol en la edad adulta temprana.
Para confirmar aún más los vínculos genéticos entre los volúmenes cerebrales más bajos y el consumo de alcohol, el equipo examinó los datos de hermanos gemelos y no gemelos con diferentes historias de consumo de alcohol. Cuando se comparó con hermanos con un historial compartido de bajo consumo de alcohol, los hermanos que bebían en mayor cantidad tenían menores volúmenes de materia gris.
El estudio no encontró diferencias en el volumen de materia gris en los cerebros de hermanos bebedores de la misma familia donde uno bebía más que el otro. Este hallazgo proporciona evidencia adicional de que un menor volumen de materia gris es un factor de vulnerabilidad preexistente asociado con el potencial para el consumo de alcohol, a diferencia de una consecuencia de la ingesta.
Finalmente, el equipo de investigación utilizó datos de expresión génica en el cerebro humano para explorar si el riesgo genético para el consumo de alcohol está enriquecido para los genes expresados en estas regiones y podría estar asociado con la expresión de genes específicos.
"Junto con la evidencia de que el consumo excesivo de alcohol induce reducciones en el volumen de materia gris, nuestros datos plantean la intrigante posibilidad de que las reducciones genéticas en los volúmenes regionales de materia gris puedan promover el consumo de alcohol desde la adolescencia hasta la adultez temprana, lo que, a su vez, podría conducir a una atrofia acelerada en estas y otras regiones", concluyen los autores.