MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio publicado en la revista científica 'Oxford Economic Papers' ha constatado que las corrientes migratorias de los últimos 500 años de las regiones de alta y baja luminosidad influyen en los resultados sanitarios de los países de destino.
Los investigadores señalaron que la capacidad de las personas para sintetizar la vitamina D a partir de la luz solar disminuye con la pigmentación de la piel, y que la deficiencia de vitamina D está directamente relacionada con un mayor riesgo de mortalidad, por enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes de tipo 1 y 2, la hipertensión y ciertos cánceres.
En su trabajo, los investigadores se centraron en grupos de regiones de alta luz solar que migraron a regiones de baja luz solar entre el año 1.500 y la actualidad. Los cambios de población resultantes hicieron que el riesgo de deficiencia de vitamina D aumentara sustancialmente. Los investigadores exploraron las consecuencias para la salud de dicha migración a lo largo de una larga perspectiva histórica.
Los investigadores construyeron una medida que aproximaba el riesgo de deficiencia de vitamina D en una población dada. La medida registró la diferencia entre la intensidad de la luz solar en el lugar de residencia ancestral de la población, así como el nivel real de intensidad de la luz solar en el lugar de residencia actual.
Utilizando la diferencia entre la luz solar de los antepasados y la luz solar ambiental como medida del riesgo potencial de deficiencia de vitamina D, los investigadores examinaron luego su poder explicativo en relación con la esperanza de vida en todo el mundo. Así, encontraron que el mayor riesgo de deficiencia de vitamina D está correlacionado negativamente con la esperanza de vida, mientras todo lo demás es igual.
Los investigadores observaron que hoy en día existe una amplia conciencia de los efectos nocivos de la exposición excesiva a la luz solar, lo que lleva a las personas a tratar de prevenir las quemaduras solares mediante métodos como el uso de filtros solares y la exposición limitada al aire libre. También se dispone de tratamientos eficaces contra el cáncer de piel. Las personas también pasan más tiempo en el interior que sus antepasados prehistóricos, lo que reduce su exposición a la luz solar. Por consiguiente, el riesgo de muerte prematura debido a la excesiva exposición al sol ha disminuido desde la época prehistórica.
Sin embargo, los menores tiempos de exposición a la luz solar aumentan el riesgo de deficiencia de vitamina D, en particular en las personas con mayor pigmentación de la piel, cuyos antepasados procedían de regiones de alta radiación solar.
En última instancia, los investigadores llegaron a la conclusión de que un desequilibrio inducido por la migración entre la intensidad de la pigmentación de la piel y la luz solar ambiental puede relacionar y explicar las diferencias actuales en materia de salud mundial: las regiones con poca luz solar que han recibido una inmigración sustancial de las regiones con mucha luz solar tienen una esperanza de vida menor que la que tendrían si no existieran esas corrientes migratorias.
"Esta investigación es importante porque es la primera que documenta un vínculo entre el aumento del riesgo de carencia de vitamina D y las diferencias de esperanza de vida entre países y regiones. Por lo tanto, sirve para destacar el enorme beneficio potencial en términos de años de vida adicionales de tomar suplementos de vitamina D, particularmente durante el otoño y el invierno", explica uno de los autores, Thomas Barnebeck Andersen.