Un estudio sobre bacterias en guarderías revela vínculos con la salud pulmonar de los niños

Archivo - Niños guardería.
Archivo - Niños guardería. - FATCAMERA/ ISTOCK - Archivo
Actualizado: miércoles, 13 septiembre 2023 9:13

MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo estudio, presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea celebrado en Milán (Italia), relaciona determinadas combinaciones de bacterias presentes en el polvo de las guarderías con las sibilancias de los niños pequeños. Las sibilancias en niños pequeños suelen ser un signo precoz de asma.

Los niños pueden pasar muchas horas a la semana en guarderías, y las investigaciones sugieren que las condiciones que se dan en ellas pueden influir en la salud respiratoria en la primera infancia. La nueva investigación ofrece algunas pistas sobre por qué la asistencia a guarderías puede afectar a la salud pulmonar de los niños que, a su vez, podrían apuntar a medidas para reducir el riesgo de asma.

La doctora Annabelle Bédard, investigadora del Inserm (Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia), ha explicad que encontraron "mezclas de diferentes bacterias y otros microbios viviendo en todas partes: fuera, dentro de nuestras casas, en nuestra piel e incluso dentro de nuestro cuerpo. Estas comunidades de bacterias, conocidas como microbiota, pueden tener efectos beneficiosos o perjudiciales para nuestra salud", recuerda.

"Los niños pequeños entrarán en contacto con las bacterias que viven en las guarderías a través de la piel y la boca y respirándolas --prosigue--. Así que podríamos esperar que esta exposición tenga un impacto en los pulmones en desarrollo de los niños a través de las diferentes microbiota que surgen en las vías respiratorias, el intestino o la piel de los niños".

Los investigadores utilizaron una aspiradora adaptada para recoger muestras de polvo del suelo de 103 guarderías distintas de la región de París. Utilizaron análisis genéticos en el laboratorio para identificar los distintos tipos de bacterias encontrados en cada muestra.

Al mismo tiempo, preguntaron a los padres de 515 niños que acudían a las guarderías si sus hijos experimentaban algún síntoma respiratorio, como sibilancias. La edad media de los niños era de unos dos años.

Basándose en los tipos de bacterias encontrados en las muestras, los investigadores pudieron agrupar las mezclas de microbiota de las guarderías en cuatro grandes categorías. Una de estas categorías, en la que dominaban dos bacterias diferentes denominadas 'Streptococcus' y 'Lactococcus', se relacionó con un aumento del riesgo de sibilancias, en comparación con la categoría más común (una mezcla de bacterias 'Streptococcus', 'Neisseria' y 'Haemophilus').

Según la doctora Bédard, "en los niños menores de tres años, las sibilancias se consideran un signo precoz de asma. Nuestra investigación sugiere que hay diferencias en el riesgo de sibilancias recurrentes en función de las mezclas de bacterias en el entorno de la guardería".

"Ahora tenemos que entender qué factores influyen en esta comunidad bacteriana, por ejemplo, cómo se limpian y ventilan las habitaciones y la calidad del aire interior --añade--. Esto, junto con los hallazgos futuros de otros estudios, podría ayudar a comprender cómo mejorar las condiciones e informar las estrategias de salud pública para prevenir enfermedades respiratorias crónicas como el asma en los niños".

El equipo estudiará ahora estos factores y cómo influyen en la microbiota del polvo y en la salud respiratoria de los niños. También seguirán estudiando a los niños que asisten a guarderías para ver si desarrollan asma en la infancia.

La profesora Angela Zacharasiewicz, que preside el grupo de asma y alergia pediátricas de la Sociedad Respiratoria Europea y no ha participado en la investigación, comenta que "hay bacterias y otros microbios que viven a nuestro alrededor y estamos empezando a comprender que pueden tener efectos positivos y negativos en nuestra salud respiratoria. Aún nos queda mucho por aprender sobre estas complejas comunidades y sobre cómo responde nuestro organismo a ellas", admite.

"Este estudio sugiere un vínculo entre la salud respiratoria de los niños pequeños y la mezcla de bacterias en sus guarderías. Esperemos que conocer mejor estas interacciones nos ayude a crear los entornos más saludables para que nuestros hijos crezcan y se desarrollen", concluye.